UBER, ¿SOLUCIÓN O PROBLEMÁTICA?
La tensión se vive como en un ring, en el cual de un lado se encuentran los conductores de Uber, al otro extremo el gremio de taxistas y en el medio, marcando los rounds, los usuarios. Uno de los responsables de esta situación puede ser el Estado colombiano, que ha sido negligente al no crear un método de regulación que garantice la incursión de este sistema de transporte en la economía colombiana, ya que de ser así se podría generar un impacto positivo en este sector y evitar poner en detrimento la economía nacional. Pero así como están las cosas, es muy común la competencia desleal entre conductores de Uber y taxistas.

Esta aplicación cuenta con más de 100 millones de descargas y se encuentra avaluada en unos 62.500 millones de dólares.
Uber surge en el año 2009 como un sistema de transporte privado alternativo que busca mejorar la calidad del servicio de transporte público en las grandes urbes. En la actualidad es una de las aplicaciones más rentables y controversiales en todo el mundo. La llegada de Uber a Colombia se dio a finales del año 2013 y en Ibagué lleva operando desde hace unos diez meses en la clandestinidad igual que en el resto de las ciudades del país.
En Ibagué no se tiene una cifra exacta de los vehículos particulares que se encuentran registrados como conductores socios de Uber; y con el pasar del tiempo sigue aumentando la popularidad del servicio, junto con la cantidad de usuarios y conductores, tal como lo manifiesta José Rodríguez, quien es conductor Uber hace cinco meses y dice que “antes se hacían más de cinco carreras en una hora, era estar en línea y las carreras abundaban. Ahora la competencia es mayor”.
El problema de que Uber no sea aceptado del todo en la sociedad se debe a la falta de control, ya que según expresa Antonio Canizales*, usuario de transporte público: “Más carros particulares sin una debida vigilancia significa aumentar el problema de movilidad en Ibagué”. Aunque la congestión vehicular no es tan grave si la comparamos con ciudades como Bogotá y Medellín. Uber entonces no resultaría ser una solución, sino un problema a futuro.
El panorama en la actualidad sigue igual: taxistas y conductores socios de Uber en disputa. Los usuarios son quienes al parecer resultan beneficiados de todo esto, pues las tarifas de la aplicación bajan de precio y los taxistas mejoran la calidad de su servicio. “Si vas tarde y tienes acceso a internet, solo es tener la aplicación y tienes un Uber cerca; además cuentas con viajes gratis, eso permite que sea rentable para nosotros los usuarios, porque siendo sinceros, si no fuese por eso Uber no tendría tantos usuarios, ya que es un servicio para elites”, opina Mauricio Cárdenas, usuario de la aplicación.
Por su parte, los taxistas de Ibagué se sienten inconformes con esta situación, y a esto se suma la inseguridad a la que se ven expuestos mientras trabajan en horas de la madrugada, “es cierto que no todos los taxistas prestan un buen servicio, pero de eso a ponernos a competir de manera desleal con una entidad como Uber, es otro nivel”, dice Willson Sánchez, quien es partidario de la idea de que si esta empresa no es regulada por una entidad estatal, es más un problema que una solución.
Si bien gran parte de los usuarios ven con aprecio la aplicación Uber y el servicio que se presta con ella, muchos desconocen que los conductores de Uber, a diferencia de los taxistas, no están obligados a registrarse ante el Ministerio o la Secretaria de Transporte, además de no tener que comprar el cupo y estar exentos de otros tipos de impuestos.
Los usuarios, en su afán de mayor comodidad y su búsqueda constante por un mejor servicio, acuden a Uber de manera razonable, pero si no se empiezan a analizar con mayor profundidad las problemáticas que puede ocasionar este servicio, y si las entidades correspondientes no toman cartas en el asunto, a mediano y largo plazo podríamos estar ante un problema de mayor desempleo en la capital musical.
*La fuente solicitó el cambio de nombre