La Ultima Morada del Poeta
"Y soy donde nací casi un extranjero, si me niegas tu auxilio a dónde iré…
Verdes campos, florida y ancha vega donde Bernesga reparte su onda cristalina;
Alegres prados, antiguos y altos chopos, que su orilla bordáis en torno,
¡Ah!, cuanto gozo, cuanto a vuestra vista siente el alma mía!
Y hay quien de si y vosotros olvidado viva en afán o muera en el bullicio de las altas ciudades!
Y hay quien, necio del arte, las bellezas anteponga nunca de ti
Oh Natura! Bienes copiados a ti, su fuente y santo prototipo".
Epistola a Bitolo - Jorge Isaacs

Jorge Isaacs, nacido en territorio desconocido, Cali o Quibdó podrían ser sus cunas. Según un texto escrito por el historiador y bibliotecario de la Academia de historia del Tolima, Pedro Bernardino Sosa, ‘Las discusiones históricas hacen referencias a las fechas de nacimiento, a la ciudad donde vino al mundo, por no existir la partida de bautismo de Isaacs.’ Hijo de las letras, Jorge Isaacs afirma que su lugar de nacimiento es la capital del Valle. Son algunos debates sin fin que sirven para inmortalizar la vida y obra de los grandes artistas.
‘La María’ fue escrita por Isaacs en el año de 1867 y desde ese momento ha sido alabada por grandes escritores latinos como el nicaragüense Rubén Darío. Todos los colombianos hemos sido testigos de los sucesos que acompañaron el romance entre Efraín y María, gracias a los delicados detalles que el escritor dispuso para inmortalizar su obra. ‘La María’ ahora es uno de los más grandes frutos de la literatura colombiana y hace parte de la cultura de las letras en el país desde la escuela primaria.
La importancia de la obra de Isaacs en un contexto nacional reside en que gran parte de sus escritos se ven fuertemente influenciados por costumbres autóctonas de su región, que permiten al lector sentirse dentro de la Hacienda El Paraíso, donde se desarrollan los acontecimientos entre Efraín y María.
Ibagué y el poeta
En los años 80 del siglo XIX, Isaacs llego a Ibagué, donde estaba alojada su familia, con el objetivo de escribir su obra maestra, que por supuesto, los años y el tiempo no le permitieron concluir.
Vía a Bariloche, en el kilómetro 2,4 que de Ibagué conduce a Juntas se encuentra la última morada del poeta. Las cicatrices que el tiempo ha dejado en su fachada son muestra de que los años no pasan en vano. Una sociedad sin memoria está destinada a morir en el conformismo del presente.
Por medio de don Juan de Dios Restrepo, el poeta valluno pudo asentarse definitivamente en Ibagué. Lugar que para la época contaba con tan solo 45 casas de comercio. Restrepo fue quien le rentó la casona Isaacs en 1887.
Corría el año 1895 y el paludismo de Dagua que Jorge Isaacs padecía, ya azotaba sus días. Él presentía su muerte, pero deseaba vivir como siempre lo había soñado, rodeado del paisaje ameno del rio Combeima.
Respecto a su estadía en esta casa decía Jorge Isaacs: "no hay una sola flor en ella, que yo no haya cuidado amorosamente, y hay muchas."
"En contorno paisajes amenos, aire de los desiertos, soledad; vida íntima con mi familia, libre, hasta donde es posible, de las vulgaridades y crónicas políticas de aldea. Recorro las cercanías; les doy lecciones a mis chicos, que son encantadores; me baño en el Combeima,...pero selvoso y encañonado en sus vegas verdes...", escribe Isaacs.
Además, la restauración de un paisaje cultural alrededor de Ibagué y el cañón del Combeima generarían un avance importante en esta materia para la población.
La conservación integrada del paisaje natural del cañón del Combeima implica la consideración de valores sociales, culturales y estéticos como la preservación del patrimonio, el fomento de espacios culturales y académicos o el interés público por culturizar una obra en decadencia. Todo esto es importante para la conservación de la arquitectura historica y rural y consecuentemente para intervenir en la restauración de la casa de Jorge Isaacs.
El paisaje es un monumento natural que se integra con la obra arquitectónica y como tal es una entidad identificada por su valor y que ayuda a formar un soporte de memoria cultural y social.
En él, la memoria reconoce aspectos relevantes que guardan relación con actos y pensamientos humanos, asociados al curso de la historia y todavía accesibles a nosotros. Sobre este concepto se desarrolla el proyecto de conservación y manutención de la casa de Jorge Isaacs. La intención de la conservación de edificios y estructuras historias, se encuentren en contextos rurales o urbanos, debe ser mantener su autenticidad e integridad, en términos arquitectónicos, que incluyan los espacios circundantes.

Arengas a la preservación del patrimonio
Lucero Moreno, por medio de una convocatoria instaurada por el Ministerio de Cultura en el año 2003, ganó una beca que le permitía usar la casa para desarrollar proyectos artísticos y culturales que fomentaran el cuidado del lugar.
Posterior a esto, se realizaron documentales y muestras fotográficas en honor al poeta que ayudaron a que la población ibaguereña centrara su atención en la olvidada casona. Como ejemplo, ‘Cuando bramó el Combeima’ fue un documental realizado en honor al poeta y que cuenta sus últimos días de vida en la casona de Ibagué.
Pero esto no era suficiente, los fondos recogidos en este tipo de eventos no lograban ser tantos como para empezar el proyecto reconstructivo, y el futuro de la última morada del poeta aún era incierto.
‘Para tratar de solventar estos problemas económicos, creé la Fundación Grupo Lugar junto con el escultor Gabriel Beltrán, ya que el ministerio de cultura nunca se comprometió a ayudarme con recursos’ afirma Moreno.
La Fundación Grupo Lugar, desde el 2003, ha sido la herramienta para que Moreno y Beltrán puedan gestionar recursos por medio de la elaboración y venta de artefactos artísticos que ellos mismos fabrican.
‘Esta casa alberga memorias de uno de los escritores más importantes de la historia colombiana, y además, fue el paisaje de la zona, gran inspiración para Isaacs’ señala Moreno.
Además Moreno denuncia la falta de apoyo gubernamental a este tipo de espacios culturales. ‘El político necesita la casa por dinero, por eso siempre prometen y nunca cumplen con reconstruir la casa de Isaacs’.
La cuchilla de doble filo que en el 2007 complicaba la restauración de este espacio, eran dos fallos judiciales, uno pedía urgentemente recursos para rescatar y preservar el predio, mientras el otro prohibía hacerlo. La alcaldía y la gobernación argumentaron no poder invertir en un inmueble que sea de particulares.
En ese mismo año, acciones ciudadanas contra el Ministerio de Cultura, el departamento y el municipio fueron interpuestas, demandando la responsabilidad sobre el abandono del inmueble. Al año siguiente un fallo negó los recursos que apelaba la acción judicial.
Lo más álgido de la situación es que en el año 2009 el Tribunal Administrativo del Tolima, decretó una ordenanza para que auxilios monetarios, por parte del orden municipal y departamental, fueran girados a la fundación con ánimo de la manutención del lugar asi como para cancelar salarios a trabajadores inmersos en la obra. Lamentablemente, el discurso de tal ordenanza no se hizo efectivo a cabalidad.
Por otro lado, en el año 2012 el director de Cultura Departamental de ese momento, Mauricio Troncoso, afirmaba que la intención de la gobernación era invertir en el proceso de mejora del sitio, pero que este trabajo no podía ser realizado ya que la propiedad aparece registrada bajo el nombre de una persona privada.
Además, para conmemorar el natalicio del escritor, Moreno Gómez realiza eventos anualmente, en los que la cultura y participación de gremios empresariales y oficiales han colaborado para la preservación y mejoramiento del sitio. Moreno aprovecha este tipo de espacios para la venta de artículos artesanales y esculturas que ella misma fabrica, bonos artísticos de 10 o 20 mil, o tarjetas conmemorativas de ‘La María’.
Los recursos que arrojan estas celebraciones han sido destinados para el poco mantenimiento que se le ha brindado a la casona: ‘La recubierta de guadua que actualmente está protegiendo la fachada de la casa nos costó 15 millones y aún es muy débil’, afirma Lucero Moreno mientras se agarra la cabeza con desespero.
‘Aquí han venido concejales, diputados, alcaldes y hasta gobernadores, todos prometen ayudar, pero la casa está cada vez peor’, agrega.

Entre discurso y realidad
Las reglamentaciones que tienen instituciones públicas en materia cultural suponen un punto de partida clave para incentivar el desarrollo de iniciativas como las de este caso.
Por su parte, el Plan de desarrollo de la nueva administración municipal a cargo de Guillermo Alfonso Jaramillo pone como meta la inclusión en cultura de todos los ibaguereños, y ve al Panóptico de la ciudad como el punto central para la implementación de este tipo de trabajos: Construiremos entre todos una política de recuperación, conservación y uso adecuado del patrimonio material e inmaterial del municipio, que se apoye en redes de trabajo folclórico, musical, teatral y plástico, conformadas por artistas del municipio. Queremos una ciudad que lea, que proteja y visite sus bibliotecas. Con transparencia y eficiencia, tomaremos las riendas del Panóptico de Ibagué, para que opere como un escenario histórico, académico y cultural de la ciudad.
Por otro lado, desde el orden nacional también se implementan discursos que apoyan trabajos culturales que fortalezcan los lazos entre habitantes, por lo que la importancia de proyectos como el Museo Jorge Isaacs resultaría primordial.
El Ministerio de Cultura concibe el patrimonio cultural de manera incluyente, diversa y participativa, como una suma de bienes y manifestaciones que abarca un vasto campo de la vida social y está constituida por un complejo conjunto de activos sociales de carácter cultural (material e inmaterial), que le dan a un grupo humano sentido, identidad y pertenencia. Adicionalmente, lo entiende como factor de bienestar y desarrollo y está consciente de que todos los colombianos tienen el compromiso y la responsabilidad de velar por su gestión, protección y salvaguardia.
Pronostico de auxilio
Sobre la continuidad del proceso de restauración de la casona, y como muchas veces se ha dicho, el Director de cultura departamental Carlos Eduardo Leal afirmó que en el año 2016 habrían acciones definitivas sobre el tema: ‘Yo creo que a principios de agosto empezaríamos la restauración, con la ayuda de doña Lucero, un arquitecto restaurador y la Secretaría de Cultura y Turismo de Ibagué. Por medio del plan de inversión del ministerio de cultura, este tipo de proyectos se verían muy beneficiados’.
Además Leal agrega que el inicio del proyecto de restauración está condicionado por trámites documentales que deben hacerse entre el despacho departamental y la propietaria de la casa.
Lo que más teme la Fundación Grupo Lugar, es que el proceso de mejora del sitio se quede en fase de estudio, tal y como ha sucedido con administraciones anteriores, que han prometido meterle mano al proyecto, o hasta con los mismos Juegos Nacionales del 2015.
Para Moreno, faltan garantías en los estudios arquitectónicos que deben hacerse en la casa, ya que de ellos dependen las cotizaciones de dinero que sustenten el trabajo de obra.
Como si fuera poco, el Plan de desarrollo departamental elaborado por la administración anterior no tenía en cuenta la inyección de recursos en este tipo de espacios, lo que frena el proceso reconstructivo que ya tiene un cronograma planteado que además necesita la aprobación del Ministerio de Cultura.
El director de Cultura departamental afirma que el empalme de este tipo de iniciativas con el nuevo plan de desarrollo de la administración actual se tuvo que realizar en la primera semana de agosto de 2016, hace más de un año, por lo que resulta impensado que las obras de mantenimiento se pongan en marcha antes de que el año en curso finalice.
Además, Leal afirma que se deben hacer convenios con la alcaldía municipal de Ibagué, ya que el predio se encuentra en esta ciudad.
Por ultimo señala que ‘La alcaldía debe ser la encargada del proceso de contratación que se espera sea efectuado a mediados de 2017’.

A seguir esperando…
Entre las declaraciones provenientes de distintos estamentos e instituciones públicas se sigue dilatando el futuro del lugar. Muchas fechas han sido proclamadas como límite, pero a final de cuentas el límite no lo ponen las administraciones, sino el incesante pasar de los días que consigo traen olvido, polvo y destrucción. Pero mientras tanto, el sentimiento de desidia e impaciencia sigue haciendo parte de la ilusión que tienen algunos ibaguereños por conservar la casona de Isaacs.
Como nos relata Lucero Moreno mientras nos despide del lugar: ‘Ojala esta vez sí sea’.