Cómo olvidar mi pueblo querido, si en mi niñez fue la raíz de mí surgir, en mi juventud el roble que me dio la fuerza para avanzar hasta donde hoy estoy y donde quiero ir. ¡Cómo no amarte, mi terruño del alma!
En medio de verdes cordilleras, sobre una meseta fértil y fría del león dormido y el Cañón de Anaime, se encuentra ubicada Cajamarca - Tolima, paraíso de diversos colores, olores, sonidos y texturas que nos regala la madre tierra. Lugar donde el campesino bajo la aurora del día a día labra su terreno acompañado del encantador paisaje del Nevado del Tolima y el Volcán Cerro Machín.
Conocido como la Despensa Agrícola de Colombia, Cajamarca es un Municipio de montañas, fuentes hídricas, ganadería y diversos cultivos; los cuales son el producto de un incesante y arduo trabajo de las manos campesinas, que en su diario vivir luchan por subsistir y preservar la tierra que les brinda toda clase de riqueza.
“Muchos ven el campo como algo esclavizador y agotador, yo amo estar aquí y aquí quiero morir”. Expresa Yolanda, agricultora de la vereda el Águila del Cañón de Anaime.
En el Cañón de Anaime, se respira el olor a café, se de gusta el delicioso sabor de los aguacates, se le canta al agua, a las plantas medicinales y se observa la pujanza de las Matriarcas que luchan y cuidan sus huertas. Municipio que representa en su más grande resplandor el sentir y expresar de la madre naturaleza.
Un pueblo con los pies firmes sobre la tierra, encaminado en vencer y dispuesto a luchar por la preservación de la Despensa Agrícola de Colombia.