La intermitencia de las tres luces
Obsoleta, así definen la red semafórica de Ibagué el exdirector Operativo de Tránsito, Manuel Sánchez, y el actual Director operativo, Miguel Saavedra. En Ibagué son constantes los accidentes de tránsito, la ciudadanía no tiene conocimiento de cuáles de estos son producto de fallas en los semáforos. Son pocos los casos que se dan a conocer públicamente como un problema de la red y no de la ciudadanía.
Lo que no se cuenta…

Hace tres años, en febrero del 2015, César Orozco transitaba por una de las carreras más concurridas de la ciudad, la carrera quinta con calle quince. Siendo este uno de los sectores más conocidos por los Ibaguereños, cuando se disponía a atravesar la calle, una moto lo tomó por sorpresa, lo atropelló, ocasionándole un esguince en el pie izquierdo.
Para una ciudad tan pequeña como Ibagué, los casos de accidentes son muy altos. Teniendo en cuenta que Ibagué alcanzó en 2016 una tasa de 30.686 automotores por cada 100.000 habitantes, según cifras de la Secretaría de Tránsito, Transporte y de la Movilidad.
“Yo en el momento lo insulte, tenía mucha rabia por ser tan imprudente. Es más, a pesar de haber caído al suelo ni me percaté del dolor. No podía creer que él no respetara las normas”, dice César. En casos como estos muchas personas por instinto actúan sin pensar con calma, como César lo evidencia en su relato. Pues de una u otra manera estaba juzgando mal.
Después de un intercambio de palabras e insultos, se pudo establecer entre los dos sujetos la causa de tal accidente. “No quería escucharlo ni hacer caso a lo que decía, pero luego de un rato comprendí que él ni yo teníamos la culpa. El semáforo estaba mal. En mi caso aparecía que podía cruzar como peatón, estaba verde. En el del carril del sujeto de la moto también estaba en verde”.
Una de las inconformidades de las que habla César después de tres años desde lo que le sucedió, es que este tipo de accidentes no sean mencionados. Y es que en Ibagué en lo corrido del año anterior, más exactamente desde enero del 2017 al 26 de septiembre de ese mismo año, se reportaron 1.991 personas heridas por accidentes de tránsito, según el Comunicado de Prensa N° 1.392 emitido por la Secretaria de Transito y Movilidad en conjunto con la Alcaldía Municipal.
Es curioso que en en el reporte que se mencionó anteriormente no se hable de las causas y porcentajes de cada accidente, pues sería fundamental un ítem en el cual se menciona que las fallas de la red semafórica de Ibagué son una de las causas de accidentalidad. Habrá que ver cómo plan de reparación de semáforos averiados.
Pañitos de agua tibia
El sistema semafórico de la ciudad, hace aproximadamente 25 años no ha tenido una reforma o mejoramiento técnico. Lo que ha generado una obsolescencia técnica y tecnológica. Así lo manifiesta Manuel Sánchez, ex director operativo de Tránsito. Quien también hace referencia a los 92 puntos semaforizados de la ciudad, los cuales funcionan independientemente. No obedecen a un centro de control.

Uno de los puntos que trata Manuel Sánchez es el mantenimiento de los semáforos. ¿Tal vez una de las causas del accidente de César?, pues esto fue lo que dijo acerca del tema. “El mantenimiento que se le hace a los diversos puntos semaforizados es correctivo y no preventivo. Nunca se han presupuestado recursos económicos para ello”. Esto es algo que indirectamente responde nuestro previo interrogante. El ex director operativo también hace énfasis en que un mantenimiento correctivo va de la mano de tecnología avanzada, cosa que en Ibagué no se tiene. Cabe resaltar que el mantenimiento que se realiza a los semáforos es por medio de contratistas, pues no hay una estructura administrativa conformada exclusivamente para mantenimiento. El mecanismo empleado es pasar todos los días de seis a siete de la mañana por las intersecciones semafóricas en busca de daños, para luego ir y repararlos en el transcurso de la jornada. Lo anterior siendo sólo algunas de las cosas que menciona Miguel Saavedra. Algo que si se piensa objetivamente, es poco eficaz. A la pregunta de cómo es el procedimiento en caso de fallas no evidenciadas en horas de la mañana, nos respondió que el informante es la comunidad. Policía de Tránsito, Policía Nacional, presidentes de juntas, personas del común, etc., son quienes en la mayoría de casos reportan los semáforos con fallas. Cosa que realmente no es práctica, pues la cadena se hace larga hasta llegar a los encargados de la reparación. Primero informar a la Policía, ellos lo hacen a Tránsito, luego al contratista y así hasta esperar a que la falla desaparezca. Horas en las cuales pueden suceder acontecimientos inesperados. Horas dentro de las cuales estuvo el percance de Cesar. Para José Rengifo, experto en seguridad vial y accidentalidad, con una trayectoria de 25 años en el campo de tránsito, la ciudad no cuenta con un sistema moderno. Pero para él, no solo eso es lo que necesita la ciudad, según Rengifo, a la Secretaría de Tránsito le hace falta crear el área técnica en seguridad vial. Así como también considera que falta realizar estudios de aforos en seguridad vial, en especial, el estudio de movilidad por tipo de servicio. Este permitiría observar cuales son los vehículos de transporte más usados, para así, llevar a cabo una readecuación de las vías por tipos de servicio. Los semáforos necesitan una re calibración en sus tiempos para que no se generen congestiones, como las que se presentan en la Cra. Quinta con calle 60, donde Rengifo hace comparaciones de los trancones Ibaguereños con los de la entrada de Soacha en horas pico. Según él, los semáforos tienen más prelación para las calles que para las carreras que tienen una mayor afluencia de vehículos, afectando la movilidad en la ciudad. En Ibagué no sólo existe una problemática en cuanto a la red semafórica, sino que también en el actuar de la Secretaría de Tránsito para la reparación de semáforos dañados, pues deberían existir acciones de solución inmediata al presentarse tales fallas. Lo anterior, según el experto, José Rengifo, quien también menciona que la labor de las patrullas y agentes de tránsito es reportar las fallas técnicas. La policía ha dejado de hacer informes escritos y adjuntar fotografías que muestran el daño para que existan medidas inmediatas.

Lo anterior, evidencia la necesidad que presenta la red semafórica en Ibagué y, por lo tanto, lo idóneo que sería una real implementación del plan de modernización para las intersecciones en la ciudad. Pues casos como el de César no debería seguir ocurriendo y quedando en silencio, más aún, cuando la población en Ibagué ha incrementado, cosa que podría llegar a afectar la movilidad de la ciudad. La ciudad que no para de crecer Cesar, al hablar sobre lo ocurrido hace unos años, se muestra enojado e impotente. Él menciona algo clave para entender la problemática de accidentalidad en la ciudad. Nos hace mirar hacia el otro lado de la moneda, el contraste entre extensión, población y parque automotor. Pues dice que hay muchas motos y carros y que a Ibagué ya no le caben más. Ibagué cuenta con un total de 543 km de vías en sus 13 comunas. Estas vías no se pensaron en una proyección hacia el crecimiento de la ciudad, así lo manifiesta Rengifo. Desde que se fundó, sus vías han sido originalmente las mismas. No se pensaron las vías como un espacio no solamente vehicular. La ciudad debió proyectarse al uso de espacio público, una red de vías peatonales y el alcance que tiene a la fecha es uso de vehículos amigables con el medio ambiente, aún tenemos las vías de la época de los WIllys y los Plimon 61. A esto se suma el crecimiento que ha tenido la ciudad en el sector demográfico, que para el año 2017 fue de 564.076, según cifras DANE. Además del sector automotor, que según cifras de la Secretaría de Tránsito es de 189.481 para ese mismo año. En comparación con el año 2014 que fueron de 149.637, lo que equivale a un crecimiento de 39.844 en tan solo 3 años. Todas estas cifras se ven representadas en una mayor demanda de vías y espacios de acceso para los ibaguereños. Si bien la ciudad crece de manera rápida, las vías no logran concretar un plan que sea eficaz para la movilidad y la demanda que exige la ciudad. En años anteriores se implementaron en la ciudad pequeños mantenimientos en los semáforos, gracias a un convenio con el Instituto de Financiamiento, Promoción y Desarrollo de Ibagué, INFIbagué, como un órgano descentralizado de la ciudad, este convenio comprende del año 2012 hacia atrás. A partir del año mencionado queda bajo la responsabilidad de la Secretaría de Tránsito y transporte. Durante el tiempo que Infibague ejecutó el contrato mantuvo un funcionamiento medianamente constante, convenio el cual contemplaba toda la red de alumbrado público, incluyendo la red semafórica. Lo anterior, según el actual Director Operativo de Tránsito. Para hacer una idea de que Cesar, en parte, tiene razón, a continuación tenemos la extensión territorial de Ibagué, tomado de un Informe de Estadísticas de la ciudad entre 2011-2014, realizado por la Gobernación del Tolima y la Universidad de Ibagué.
Aquí evidenciamos que el área urbana es pequeña, lo que genera poca capacidad para vehículos automotores. Pero, aun sabiendo esto, la población y por ende, el parque automotor, no deja de crecer. Conociendo que actualmente son 189.481 los automotores, entre ellos 108.525, siendo sólo motocicletas, cifras obtenidas de la Secretaría de Tránsito.
Lo anterior, puede conllevar diversas consecuencias, como por ejemplo, las 1.991 personas heridas en accidentes de tránsito en menos de un año, algunos de ellos en las intersecciones más críticas de la ciudad. Estas y otras cifras oficiales en las que César no fue y tal vez, ni será tenido en cuenta. ¿Puntos críticos? Si bien se ha mantenido la ciudad con un sistema de semaforización que pareciera ser provisional y que sostiene de manera oscilante la movilidad en ibagué, existe una problemática que va más allá. Tiene que ver con la forma en que se comportan los ciudadanos con el tema de señales de tránsito. Para el Director Operativo de Movilidad, Miguel Saavedra, la imprudencia de algunos conductores de vehículos motorizados, es detonante de accidentes cuando el sistema presenta fallas. Aunque, cabe resaltar, que en la ciudad de Ibagué los índices de accidentalidad para el año 2017 han reducido considerablemente en comparación con el 2016.
De este tipo de eventos no se conoce con precisión la cifra de accidentes cometidos por culpa del sistema semafórico. Cabe pensar que lo único que interesa en cifras, es si fue automóvil o motocicleta, los cuales si se ven representados en las cifras entregadas por la Secretaria de Transito. Para Rengifo, la seguridad vial que se presenta en la ciudad, es una seguridad de papel, porque no aprecia ningún esfuerzo por prestar campañas de seguridad y prevención, no se ven áreas móviles de prevención de accidentalidad, ni controles de las autoridades para realizar campañas educativas. El experto considera que, la Policía y la administración debería dejar de hacer campañas sancionatorias, donde estos solo se dedican a hacer comparendos y comparendos sin educar a los conductores, no solo hacer un comparendo que es muy fácil, la administración debería dejar de pensar en el recaudo de dinero, dejar de recoger plata y volver esto un negocio, para salir a educar a los ciudadanos Aunque la ciudad cuenta con 92 puntos semaforizados, uno de los sectores que más se ve afectado es el peatonal, pues en el afán de reparar los semáforos vehiculares para evitar que se genere congestión en la ciudad, parece ocasionar descuido con los semáforos para peatones. Como ocurrió con el semáforo en verde de Cesar. Puntos como el centro de ciudad, que son altamente peatonales, no cuentan con semáforos sonorizados, lo que hace mucho más compleja y peligrosa la tarea de desplazarse por estos lugares a las personas con discapacidad.

Un joven inteligente, amable y aguerrido a la vida es Marlon José Luna, estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Tolima. Marlon comenta la gran dificultad que ha tenido durante su vida para transitar por las calles de Ibagué, pues presenta discapacidad visual. Pero este no ha sido su problema, el problema ha radicado en la falta de inclusión social por parte del estado para esta población. Algo que de cierta manera, evidencia otro de los puntos críticos. Este joven menciona que un día escuchó un pitido por parte de un semáforo en la ciudad, pero, eso no volvió a suceder. Pues a la semana siguiente volvió a pasar por allí y el pitido se convirtió en silencio. Marlon nos dice que ha aprendido a identificar el sonido de los carros, de esta manera ha logrado transitar por ciertos sectores, pero aun así, la dificultad aparece cuando él no puede escuchar medios de transporte como bicicletas, los cuales también pueden llegar a ser motivo de accidentes. Por otro lado, esta unidad investigativa estuvo recorriendo la ciudad en busca de los puntos críticos en cuanto a lo que respecta a semáforos, donde se encontraron algunos de ellos. El atraso tecnológico que tienen estos aparatos de colores afecta una parte de población, que aunque no es grande, representa una falta en el tema de inclusión social, sobre todo, para las personas con discapacidad visual. Solo algunos puntos gozan de este privilegio. Desde la carrera ferrocarril con calle 23 hasta la calle 42 y en la carrera 4ta desde la calle 28 hasta la calle 42. Algunos puntos como:
* Carrera 27, lugar donde nace la carrera 4ta tamaná sentido ascenso, y se une con la avenida ferrocarril, cuenta aún con semáforos a base de luminarias halógenas. Parece mentira, pero este semáforo demuestra el deterioro a causa de los años. Al ser semáforo halógeno, el color de las señales está dado por una película que cubre el vidrio, pero, es tanta la edad que tiene aquel viejo semáforo que los colores no son los reglamentados. El rojo es azul, el naranja no alumbra y el verde es tan tenue que en el día pareciera no verse. En la parte superior se extiende otro semáforo led, el cual solo es funcional en el color verde, las otras dos placas parecen estar fundidas.
*Carrera 4ta estadio que lleva hacia el estadio en sentido descenso, cruce con calle 31, no funciona en sus totalidad. Ni peatonal, ni vehicular. Otro caso es en la carrera 5ta con calle 93b, este semáforo solo funciona en luz verde para los vehículos que van sentido subiendo y bajando por la carrera 5ta. *Avenida Mirolindo con calle 49 sentido descenso sur, semáforo cerca a la fiscalía sector papayo, solo funciona en luz verde, sentido norte no funciona. * Carrera 4ta con calle 10, el semáforo que guía el descenso por la carrera solo funciona en verde, semáforo peatonal solo funciona en un sentido. *Glorieta de la avenida Ambalá, donde en horas pico la congestión no se hace esperar, no cuenta con uso de semáforos. Durante el último año y con la implementación de los agentes de tránsito adscritos a la Alcaldía Municipal, se presta un servicio de guía para que los vehículos transiten, pero es a veces difícil que los dos agentes que coordinan esta labor se sincronicen para permitir el paso y cierre de los carriles.
Todos estos sectores donde el flujo vehicular abunda y los semáforos fallan, hacen reconsiderar la idea de qué tan idóneo o factible sería la modernización de la red semafórica en la ciudad. ¿Ibagué, beneficio semafórico? Cuando se le preguntó a César sobre cuál creía que era la raíz del problema, lo primero que hizo fue fruncir el ceño y hablar en tono fuerte. Pues era evidente lo tedioso y molesto que le parecía la temática, los actores y responsables en general. Él, en medio de su gesto, respondió que el verdadero problema es el gobierno, pues si hicieran las cosas bien nada de esto pasaría. Nos comenta que a su parecer, el dinero de las administraciones desaparece, además, menciona que desde que vive en Ibagué los semáforos han fallado. Al ser víctima de uno de estos la propiedad con la que habla se hace mayor. Los 25 años sin un verdadero cambio en la red semafórica de Ibagué se tienen que notar, y los Ibaguereños sí que han sido testigos de esto. Es complejo hablar de un funcionamiento eficaz de la red, o de una época en la cual todo estuviera perfecto, pues las fallas a pesar de efímeras, se presentan.

René Albisser, experto en Transporte Masivo y Movilidad Eléctrica, en uno de sus artículos para LA Network, plataforma digital, habla acerca de la importancia de los Centros de Control y Gestión Inteligente de Tráfico. Allí trata la función de estos: “Funcionan como un cerebro único y todo se analiza con una visión de conjunto. Miles de “ojos” en forma de cámaras de televisión, estaciones de toma de datos, sensores y paneles de mensajes están pendientes de todos los movimientos en la ciudad”. Una manera más de entender lo primordial que son para las ciudades y más, para Ibagué. Mencionando exactamente lo que nos concierne, los semáforos, dice esto: “Hay centros básicos, donde el sistema monitorea la red de semáforos, puede apagarlos, detecta si uno está averiado y en el caso de una emergencia envía agentes motorizados...facilitan la secuencia de semaforización para que el ciudadano perciba fluidez y movilidad y hasta pueden bloquear una vía despejada para así descongestionar cruces críticos de forma ágil”. Lo dicho por René Albisser, es básicamente lo que la actual administración quiere implementar en Ibagué. En la ciudad se ha venido pensando, por parte de la actual administración, la implementación de un sistema integrado de transporte. Pero para Ibagué no es posible financieramente que un proyecto de tal magnitud llegue con eficacia, pues esta ciudad no hace parte de las ciudades amables, que en el año 2009 estuvieron en la mira del gobierno nacional para destinar fondos de la Nación. Según la Ley 310 de 1996, establece la posibilidad de que la Nación cofinancie entre el 40 % y el 70% de las inversiones en la infraestructura requerida para los sistemas de transporte. Si Ibagué obtuviera esto, se vería beneficiada en cuanto al sistema de transporte urbano, entre ello infraestructura y señalización. Aunque todo parece estar perdido, la ciudad estima un estudio para el mejoramiento del sistema de señalización Led. Dicho estudio no es individual y no se especializa única y exclusivamente en la actualización y reparación de los semáforos, este hace parte de un nuevo plan que adelanta la administración municipal con el fin de llevar la ciudad a conformar un sistema integrado de transporte, como se hizo en el año 2009. Esto permitirá que recursos se puedan destinar a la actualización de alguna parte del sistema. Pero, también habrá que mirar qué otros estudios ya se han hecho al respecto. Se planteó y no se vio

En varias ocasiones las distintas administraciones de la ciudad de Ibagué han intentado implementar el Sistema Estratégico De Transporte Público Para Una Ciudad Moderna, fracasando en el intento. Esta vez el actual mandatario, Guillermo Alfonso Jaramillo, también tiene como objetivo cumplir con este sistema, pues está en el vigente Plan de Desarrollo o Programa de Gobierno 2016-2019. Dentro del Plan de Desarrollo existen distintas metas en cuanto a movilidad. Hay una en específico la cual plantea desarrollar un plan de modernización semafórica para las intersecciones y pasos peatonales de la ciudad. Plan que los Ibaguereños aún no han evidenciado, teniendo en cuenta que ya han pasado aproximadamente dos años y medio desde que esta meta está en el papel. En un estudio realizado en el año 1999 por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional, denominado ESTUDIOS DE CAPACIDAD VIAL EN INTERSECCIONES A NIVEL PARA LA CIUDAD DE IBAGUÉ, se afirma que en el periodo 2015-2019 la ciudad debería contar con 110 puntos semaforizados y 900 intersecciones de PARE. Pero, como lo mencionamos antes, a la fecha la ciudad solo cuenta con 92 de estos puntos. El diagnóstico del sistema, de ese entonces, evidenciaba que los equipos de control local que regulaban cada intersección semaforizada, de la malla vial, eran de tecnología obsoleta. No permitían una adecuada programación de las fases semafóricas y distribución de los tiempos de verde, acorde con las diferentes situaciones de tráfico que se presentaban a lo largo del día. No había una adecuada programación del ciclo y mucho menos coordinación en los corredores tanto longitudinales como transversales, lo que repercutía en mayor número de paradas y por ende tiempos de espera con una reducción de la velocidad de recorrido. ¿Ha cambiado esto en tras 18 años? En dicho estudio, en el ítem de Alternativa de solución técnica, se planteaban soluciones esperadas para diferentes años. Para el año 2000, se proponía la implementación de un centro de control, inicialmente con 50 intersecciones semaforizadas centralizadas. Y es aquí cuando ponemos en cuestión que han pasado 18 años desde esta propuesta y no se ha visto ni el inicio. Es curioso que se destinara el dinero para un estudio de tal alcance y no llevar a cabo lo concluido en este. Hay que resaltar que al parecer es el último estudio de tal magnitud que se realizó en la ciudad con el fin de adelantar una expansión y mejoramiento vial. Hasta el momento se ha escuchado por boca del actual Secretario de Tránsito, José Alexis Mahecha Acosta, que se piensa realizar un nuevo estudio, esta vez con el fin de implementar el Sistema Estratégico De Transporte Público Para Una Ciudad Moderna. Con todo, en el mismo estudio no se aprecia la actualización de semáforos que cuenten con inclusión social. Forma en la cual se observa cómo estos temas no se prevén en función de esta población. Ahora solo queda esperar que después de esta denuncia pública la administración tome medidas en el asunto y logre poner en funcionamientos una red semafórica actualizada.