top of page

El cáncer de la plaza 21


Quienes han tenido que desplazarse en los últimos años por las zonas aledañas a las plazas de mercado en Ibagué, se han encontrado con un problema de movilidad: la actividad de estos lugares se convirtió en una invasión del espacio público, que para el caso concreto de la plaza de la 21,­­ llegó a albergar a más de 200 puestos de expendio callejero, que impedían el paso de vehículos, y el tránsito de peatones.

El llamado "reguero" según Hermelindo Roa presidente de Asoagraria es "conformado por revendedores de la plaza, que a causa de los bajos ingresos generados al interior de la misma, no encontraron mejor remedio que invadir el espacio público a las afueras de la edificación para vender sus alimentos.

Pero ¿por qué hacer parte del reguero?, más aún ¿por qué no practicar su labor de manera formal?


La madrugada de una día de mercado en la plaza de la 21. Foto: Hernando Bazurto.

El caso de uno de los vendedores desalojados, (que pidió fuera reservada su identidad), refleja lo contado por Hermelindo; él lleva años con su puesto a las afueras de la plaza de la 21, pero había tenido antes un local al interior de la misma, en la segunda planta, en el ala norte del edificio; pero dice que le generaba perdidas de casi 50 mil pesos diarios, motivo por el cual se vio obligado a ubicarse en la calle.

El día del desalojo fue retirado del lugar por la policía y le fueron incautados sus productos, pero segura que, meses atrás se venía trabajando en una socialización con las personas de la plaza. Esta versión es confimada por Yor Fredy, administrador del lugar, al indicar que 85 puestos estarían disponibles para el traslado a la formalidad comercial.

Este vendedor anónimo cuenta que después fue reubicado en su antiguo local, pero que solo duró 10 días, lo que le dejó una pérdida de 400 mil pesos, y mucha comida desperdiciada; dice que la venta dentro del centro de acopio es muy baja y no genera las condiciones óptimas de trabajo para los comerciantes; por esta razón, ahora hace parte de los 40 puestos ambulantes que aún se mantienen en los alrededores de la plaza, huyendo de los llamados de atención de la autoridad, exponiéndose al decomiso de su mercancía y a las elevadas multas por infringir la ley.

Según Jamir Pava, uniformado encargado de la plaza, la presencia de dichos puestos que aún se mantienen en la calle, hacen parte de la adaptación de la gente a las nuevas medidas, pero que en comparación del desorden que había en los días anteriores es notable la mejoría. Las personas siguen saliendo, pero en menor cantidad, y ha aumentado la práctica de vendedores que cargan canastillas con paquetes de alimentos que ofrecen a mil y dos mil pesos, todo esto a escondidas de la policía teniendo en cuenta las sanciones y la incautación de los alimentos.

De acuerdo a lo dicho por el director de plazas, se han realizado 10 comparendos en la última semana, gracias a la aplicación del Código de Policía y multas que rodean los 800 mil pesos; esto esta incentivando a la gente a dejar la actividad informal, agregó Yor Fredy Olaya; pero dichas medidas no ha generado solo esto, sino que también se han desencadenado respuestas violentas y enfrentamientos entre los vendedores y los bachilleres de la Policía Nacional.

Muestra de lo anterior, es el caso del bachiller que fue apuñalado recientemente en el lugar que, al realizar la recogida de uno de los puestos ambulantes recibió un trato violento de parte del vendedor, pero según la versión de uno de sus compañeros la policía había actuado de la misma manera, de acuerdo a los registros de las cámaras de seguridad del lugar.

Estos enfrentamientos podrían evitarse, comenta el administrador de plazas de INFIBAGUÉ, teniendo en cuenta que los vendedores tienen a su disposición 100 puestos de otras plazas de mercado que se encuentran desocupados, 70 en la plaza del jardín y 30 en la plaza de la 14.“Es decir, no es excusa estar en la calle, porque pueden tener una condición óptima para vender sus productos; con acercarse a nuestras oficinas en la calle 60 pueden acceder al puesto, pero la cultura de ellos es el no, a ellos les gusta el desorden y quieren es en la plaza 21, pero allí no hay cupo”, expresó Olaya tras preguntarle sobre la respuesta de la gente a estas vacantes.

Pero el caso de Luis Durán resulta distinto a lo que se dice en INFIBAGUÉ, un vendedor de tercera edad, que hacía parte del reguero, pero el día del desalojo se salvó de ser perseguido porque había sido sometido a una cirugía. Él continúa con su puesto, ubicado en la calle cuarta con 21, pero tiene que huir cada vez que aparece la policía para evitar las multas, cuenta el señor Durán; que en el medio de la charla expresó lo dura que se puso la situación después del desalojo. Ante la deficiente situación, y atendiendo lo expresado por el secretario de plazas, acudió a las oficinas en la calle 60, para hacer el registro de su documento de identidad, y luego de diligenciar los formularios, se le indicó que sería avisado en los seguidos 10 días; a la fecha no ha recibido contestación alguna.

“Hace 8 días fui, allá me dijeron –dentro de 10 días hábiles se le da respuesta– pasaron, fuí y hable con el administrador pero a él no le ha llegado la información, así que volvió a tomar mis datos y quedó de llamarme”, manifestó Luis quien lleva más de un mes esperando respuesta.

Apropiación del espacio

86 puestos fueron entregados a ex integrantes del reguero según los datos suministrados por el administrador de plazas, pero dentro de esos 86 no se encuentra el nombre de Luis Duran, lo preocupante es que según la investigación realizada, de estos puestos más del 80% fueron abandonados por personas que decidieron seguir vendiendo en la carretera. Y sin tener acceso a estos primeros locales entregados, el señor Luis todavía no sabe si vaya a acceder a uno de los 100 que dijo el administrador que aún se encuentran desocupados.

Con el progreso en materia de seguridad, se ha transformado el lugar, y teniendo en cuenta la creciente cercanía de los ciudadanos con el centro de acopio, los vendedores se han apropiado de sus locales, mejorándolos y ofreciendo un mejor servicio; lo que ha generado una mayor afluencia de clientes en el lugar.

Así lo confirmó Emilsen Carvajal, otra ex integrante del reguero, que tras el operativo del 11 de julio, se reubicó en su antiguo local en la segunda planta de la edificación. Ella sostiene que gracias a la disminución de robos en el lugar los ciudadanos se han acercado a la plaza de la 21, con confianza, lo que genera un incremento de las ganancias al interior de la central de abastos.

“Ahora la gente si sube, con la presencia de la policía, lo que pasa es que a veces los que están afuera en el reguero lo dan más barato, porque acá es caro todo, entonces no entran; pero eso ahora se ha acabado” aclaró Emilsen.

Pero estas solo son tres realidades, de las personas que conformaban el llamado cáncer del lugar; no todos cuentan con las mismas condiciones, algunos están mejor y otros quedaron sin empleo.


Infografía 1, cifras sobre las personas que fueron desalojadas en relación con el aumento del desempleo un 0.3% en Ibagué.

El censo oficial de INFIBAGUÉ contempla que 185 comerciantes hacían parte del reguero, pero se estima que en los días de mercado llegaban a ser más de 200. Fueron reubicados 86, treinta y seis en la plaza de la 21, diecinueve en la plaza de la 14, cuatro puestos en la 28 y veintiocho reubicados en el Jardín. De esos reubicados menos del 80% trabajan al interior de las plazas, los otros volvieron al rebusque.

Pero ¿qué paso con los otros 114 integrantes? pues bien, algunos continúan en la calle, otros están esperando respuesta para tener un local y los que faltan, simplemente quedaron desempleados; ya que paradójicamente en los meses posteriores al desalojo, el desempleo en Ibagué aumento en un 0,3% según las cifras del DANE.

Nueva cara de la 21

En los últimos años hasta andenes y calles aledañas al edificio se había extendido la actividad de la plaza de mercado de la calle 21 en Ibagué, lo que conformó el conocido “reguero”, lugar que fomentaba la inseguridad y la invasión al espacio público en el centro de abasto, que por su historia, es considerado uno de los más importantes de la capital musical.


Las sombrillas que pertenecían al “reguero” en el atardecer de un día de mercado. Foto: Diego Valbuena.

En la década del 60 su cercanía a la estación del ferrocarril, lo posesionó como el centro distribuidor de alimentos más importante de la zona, con la presencia de compradores de medio y alto perfil, pues allí había más orden y bahía para parqueo vehicular; contrario a la ya existente plaza de chapinero. El señor Luis Durán, recuerda que “hace 40 años la plaza se veía llena de gente, porque no estaba rodeada de supermercados y en su interior el mercado estaba organizado en secciones”, cuenta también que ahora adentro todo esta desordenado, y no se explica cómo se pueden sostener económicamente las personas que viven del producido al interior del edificio.

Él, es un vendedor ambulante ex integrante del reguero, su trayectoria de más de 50 años en el lugar le brindan la posibilidad de hablar con certeza sobre la actividad en el sector; lugar que se había tornado ya hace unos años en un sitio inseguro y mal oliente, centro de microtráfico, y de más actividades que no pertenecen al jornal de una plaza de mercado.


Retratos de los vendedores del reguero Foto: Diego Valbuena.

Pero hoy, algo es distinto en la calle 21, la carretera despejada, los andenes libres, sin los pillos ladrones que asechaban camuflados entre los vendedores del rebusque; de repente la calle que nunca recibía luz del sol por las sombrillas de los puestos ambulantes, se puede ver en el paisaje, sin embargo, el lodazal y la comida podrida en el suelo permanecen en el entorno. Pasear por el lugar meses atrás era imposible, como lo explica Hermelindo Roa presidente de Asoagraria, una bodega aledaña al centro de acopio, debido al poco espacio que dejaba el reguero sobre la vía principal; y la contaminación, que según uno de los ex vendedores del reguero, era provocado por los habitantes de calle que se robaban los costales donde empacaban la basura, dejándola tirada en el andén.

La intervención para la recuperación del espacio público de la plaza, se ha venido adelantando los últimos años de manera intermitente. En el 2014 tuvo lugar un proceso de recuperación que duró cuatro meses, posteriormente se volvió a fomentar el reguero, según declaraciones del administrador de plazas de mercado de INFIBAGUÉ. Esta situación había llegado a ser considerada el cáncer de la plaza, por los vendedores ubicados a interior del edificio y por los mismos clientes que se negaban a visitar el lugar por su aspecto, refirió Óscar Fabio Parra, promotor de la marcha del 18 de septiembre en contra del “PLAN 19”.

El 13 de julio la administración local expidió el Decreto No. 1000-0593; texto legal que reestructuró las operaciones de cargue y descargue en las plazas de Ibagué y limitó la venta de productos a la ciudadanía desde vehículos ubicados en el espacio público, además, el primero de agosto comenzó en todo el país el cobro de multas consagradas en el nuevo Código de Policía.


Artículo 140, del nuevo código de policía.

Con los nuevos beneficios de la ley, la Secretaría de Gobierno y la policía de tránsito, planearon para el 10 de julio la puesta en marcha de la recuperación del espacio público en los alrededores de la plaza. Un desorden que se había salido de las manos de la autoridad y que albergaba alrededor de 200 puestos informales, que se apropiaban de dicho espacio en los días de mercado, sirviendo como fachada para robos, “cosquilleos” y microtráfico.

La misión del operativo era decirle a la gente, vuelvan a sus lugares, los que tienen asignados, y paguen sus impuestos como debe pagarlos cualquier ciudadano (…) porque si no, nosotros íbamos a hacer el operativo preventivo con multas para liberar todo lo que fuese del espacio público”, declaró el patrullero Jamir Alberto Pava de la Policía Nacional, encargado del sector.

Meses antes del 10 de julio, se venía adelantando una socialización con los vendedores, según la versión de la autoridad. Adicional a esto, se había realizado un censo, que arrojó la cifra de 38 vendedores del reguero que tenían un local al interior del edificio, a los que se le dio la orden de retomar la actividad formal o se iniciaría el proceso de recuperación del puesto. La mayoría de ellos obedecieron ante la orden de la autoridad, apesar de las altas multas a las que estarían expuestos de quedarse en la calle.

Pero este no fue el caso de Juan Carlos, un joven que pese a tener un puesto al interior del edificio, decidió volver a salir con su carreta a la calle, después de una semana de su reubicación. Cuenta que la plaza la 21 ha muerto gracias al desalojo del reguero, que los almacenes aledaños han generado pérdidas, porque según dice, el reguero llama la atención del comprador y era el que daba vida al lugar; agrega que su venta ha disminuido los últimos meses hasta un 50%.

Economía

­­­La economía que manejan los vendedores es variada, de acuerdo a la personas que le compren y al precio en el que vendan sus productos, no existe un control de los precios de los insumos que llegan a la plaza, es decisión de cada quien.

La plaza de la 21 se surte de muchas regiones del país la mayoría de los productos provienen de Cajamarca, Anaime, el Cañón del Combeima, Bogotá, la papa es traída de Boyacá y de Pasto, del Quindío llegan el plátano y el café.

Los productos llegan el día lunes para el mercado del amanecer el martes, y el día jueves para el comercio del fin de semana, los días en los que más se mueve la plaza son martes, jueves y domingo; contando con gran afluencia de compradores, y convirtiéndola en uno de los puntos más importantes de la ciudad, pese a su mala reputación por el sector en donde está ubicada.


La apariencia de la plaza de mercado de la 21 después del desalojo. Foto: Camila Castiblanco.

La señora Emilsen Carvajal comerciante del lugar, explica que dentro de la plaza sus ganancias rodean los 50 mil pesos diarios; sus gastos son trasporte y alimentación. De igual manera cada persona con puesto al interior del edificio retribuye un total de 31 mil pesos mensuales, a excepción de los locales de comida cuyo pago es de 40 mil al mes, que corresponde a la tarifa de la administración; “en general las tarifas son baratas” declaró Yor Fredy Olaya, administrador de plazas de mercado de INFIBAGUÉ.

Las personas que tienen las carretillas en la calle pagan en promedio dos mil pesos diarios por guardar el vehículo, y se ganan de 30 mil a 50 mil pesos en los días de mercado, este es el caso de Luis Durán vendedor ambulante que lleva más de 40 años trabajando en diferentes labores de la plaza.

Seguridad

Tras la desaparición de las sombrillas en la calle 21 con cuarta, los ciudadanos visitan con más frecuencia y seguridad la plaza. La huella del perfecto camuflaje que ofrecía el reguero a los vándalos del lugar, parece haber desparecido.

El sector en el que se encuentra la plaza ha fomentado la mala fama del lugar según el patrullero Jamir de la Policía Nacional, pues está localizada a tan solo una cuadra del hueco de la 22, un nido de delincuencia; a unas pocas manzanas se encuentra el Parque Galarza lugar invadido por los habitantes de calle, aledaño a la Terminal de Transporte. Su proximidad a focos de delincuencia es un hecho irónico, teniendo en cuenta que a tan solo tres cuadras de la plaza se ubica la central de Policía Metropolitana de Ibagué.

El reguero terminaba siendo una muralla para fomentar la delincuencia y venta de estupefacientes, donde semanalmente se contaba con cifras alarmantes de robos, riñas entre los vendedores por las líneas invisibles que trazaban en la vía pública, y en muchos de los casos habían crímenes en los que se veían involucrados los trabajadores que podían llegar a terminar con la vida de los mismos.

Pero todo esto tras los días de adaptación a la nueva realidad de la plaza de mercado, ha ido disminuyendo un 45% de las problemáticas que eran registradas cada semana, y esto gracias a la presencia de la autoridad, concluye el uniformado Jamir Pava.

EL "PLAN 19"

La incertidumbre de los comerciantes de la plaza de la 21 gira entorno a un rumor, que plantea trasladar las actividades del lugar a las instalaciones de un almacén en la calle 19. Se trata de un predio que es propiedad de Tiendas Metro, la idea proviene de la Secretaría de Gobierno, fue una propuesta del alcalde, en torno a la remodelación de las plazas de mercado en Ibagué, donde sugiere trasladar la plaza de la 21.


Foto: Diego Valbuena.

“Mi lucha y la de todos nosotros, es que vamos a defender esto a capa y espada” así lo declaró Oscar Fabio Parra, presidente de ACOPEZI, líder de la plaza y promotor de la marcha del 18 de septiembre, en pro de la defensa del centro de acopio, que logró congregar a más de mil trabajadores de la central. Es distribuidor de pescado al interior del edificio y se opone al posible traslado.

Según declaraciones de Yor Fredy Olaya de INFIBAGUÉ, en este momento se tiene un acercamiento con los dueños del Metro, la empresa de CENCOSUD; dichos propietarios del lugar le hicieron una propuesta de opción de venta a la administración local, en la que se puso un precio para adquirir el predio, pero hasta el momento el proyecto está siendo estudiado, concluyó el administrador de plazas.


El tema se hizo popular en las discusiones de las mesas de trabajo de la plaza, lideradas por la Secretaría de Gobierno, con la presencia del representante de las bodegas y de la plaza de mercado. El representante de bodegas es el presidente de Asoagraria Hermelindo Roa, quien desde su postura ve con muy buenos ojos el proyecto de traslado, porque para él, dicho cambio le daría a la gente de la plaza las locaciones sanitarias y amplias que necesitan para ejercer su labor; teniendo en cuenta la obsolescencia del edificio de la plaza la 21 que data de la década del 60.

Para el líder que consiguió unir por dos horas a más de mil personas para defender la plaza, esta idea no es la solución próxima para los obstáculos que están atravesando. Manifiesta haber estado presente en el lugar desde los 16 años. En la década del 90 tuvo que asumir la dirección de la plaza de mercado y dice sin dudar que fueron tiempos diferentes. Para Óscar la idea del alcalde nace del interés individual, no está pensando en mejorar las condiciones de las personas que laboran en el centro de acopio. La tesis de Óscar Parra, es defendida también por Emilsen, quien sostiene que el dinero que se va a invertir, para la adquisición y adecuación del predio, puede servir para la remodelación y adecuación del edificio que ya existe.


Foto: Camila Castiblanco.

Lo que el administrador de plazas de INFIBAGUÉ refirió en este aspecto es que ellos también piensan en la inversión, en la remodelación de los edificios de las plazas de mercado, pero para el caso concreto de la 21, por el sector en el que está ubicada y la gente que la frecuenta, sería viable su reubicación.

Los vendedores que llevan toda su vida laborando en el sitio, se oponen con la misma firmeza de Oscar, sostienen que esto traería pérdidas económicas para ellos, porque muchos ya tienen sus clientes fijos en el lugar y trasladarlo podría significar perder esos ingresos. Por tal motivo, el día 18 de septiembre se organizaron y salieron a reclamarle al alcalde por la pretensión de sacarlos del sector.

En los alrededores de la plaza se pueden apreciar carteles con las frases “la plaza 21 es de todos” o “la 21 tiene dolientes” entre otras, que hacen referencia a un solo propósito; hacer entender que todos unidos deben defender la central de abasto. Así lo explica Parra quien concluye diciendo "lo que nosotros necesitamos acá es un mejoramiento del lugar, darle un vuelco a su apariencia, no un traslado que resultaría más costoso."


Adecuación del sector del sótano de la plaza. Foto: Camila Castiblanco.

En la actualidad en la plaza avanza el mejoramiento y embellecimiento en el sector del sótano, donde se está levantando el piso, pintando y adecuando los locales, para contar con condiciones óptimas para la venta de alimentos; según INFIBAGUÉ para dicha obra fueron invertidos 110 millones de pesos, y se espera recibir más recursos para avanzar en materia de infraestructura con otras secciones del lugar explica Yor Fredy.

Seguramente para el Alcalde de Ibagué, la plaza de la 21 debe ser reubicada para avanzar en materia de seguridad, movilidad y estabilidad para los trabajadores del lugar. Pero, para más de mil vendedores del sector el traslado no es viable, sosteniendo que el dinero necesario para este proceso serviría para hacer una reestructuración en los inconvenientes que se han mencionado y haciendo alusión al inicio de este apartado están dispuestos a defender su permanencia en la plaza de la 21.


257 visualizaciones0 comentarios

Entradas relacionadas

Ver todo
bottom of page