¿Existe una completa rehabilitación para las personas consumidoras de drogas?
Muchos jóvenes consumidores no reconocen tener una adicción y en cambio creen que son solo vicios pasajeros a los que pueden poner un pare cuando deseen, sin embargo, en la mayoría de los casos no es así y acaban inmersos en el mundo de la drogadicción.

Ciertamente, las drogas no son solo un problema para el consumidor, sino para su entorno, tener una persona cercana en estas condiciones resulta complejo y doloroso. Es por ello, que debido a lo difícil que es superar una adicción, se buscan los centros de rehabilitación. Pero ¿es este un camino seguro hacia el cambio y la abstinencia?
La fundación FEI “mis amores”, es un centro de rehabituación en convenio con el ICBF, que alberga a 50 jóvenes menores de edad, que van desde los 10 a los 17 años, siendo su principal búsqueda, reinventar la vida de humanos, que a causa de su adicción olvidan suplir las necesidades básicas. Durante ocho meses, los niños y adolescentes, reciben un trato digno y amoroso, una desintoxicación por medio de la práctica del deporte y hábitos alimenticios saludables sin tener que recurrir a tratamientos médicos.
Allí se cumplen con horarios y actividades establecidas en un orden. A las 5:00 de la mañana oran, se bañan y a las 7 desayunan, luego realizan actividades de interés, tejen, hacen manillas, cantan, dibujan o tocan guitarra. A las 12 del medio día almuerzan, después reciben sus clases que van desde primaria a bachillerato durante toda la tarde hasta las 7 de la noche, posteriormente, se disponen a descansar.
Estos jóvenes cuentan con ayuda nutricional, médica, pedagógica, odontológica psicológica y psiquiátrica. Sin embargo, con toda atención prestada y el intento por una total rehabilitación, muchos, al salir de la fundación, reinciden. ¿Entonces, para dejar una adicción es necesario acudir a un centro de rehabilitación o basta con tener fuerza de voluntad y querer cambiar?
El último informe de consumo de sustancias psicoactivas en menores en Colombia, publicado por los ministerios de justicia y salud en el mes de junio del presente año, afirma que al menos 520mil jóvenes con edades entre los 12 y 18 años han consumido droga por lo menos una vez en su vida, siendo la marihuana la sustancia ilegal mas usada, aumentando su consumo de 6,9 % en el 2011 a un 7,8 % en el 2016, aumentando año tras año.
Lo que resulta mas preocupante es la facilidad con la que se tiene acceso a los diferentes tipos de sustancias. La marihuana encabeza la lista con un 37.3% de facilidad, seguido del bazuco con un 12.4%, la cocaína con un 12%, los inhalables con un 8.% y el éxtasis con un 7%.
Brayan Rincón, es un joven de 18 años, y desde los 15 consume marihuana, a sus 16 años probó el pegante y más tarde el bazuco. Antes de cumplir la mayoría de edad, fue internado (sin su consentimiento) en un centro de rehabilitación, donde estuvo por seis meses. Al salir y enfrentarse al momento más duro de su proceso, se vio ampliamente confrontado con su ansiedad y el entorno tan vulnerable en el cual vive, por lo que volvió a recaer.
A diferencia de Brayan, existen muchos jóvenes adictos que no han tenido las mismas oportunidades de cambio, como Luis de 21 años, quien llevaba viviendo alrededor de tres años en la calle, comiendo de la basura, y durmiendo en andenes. Un día dijo ¡NO MÁS!. Recordó el camino a casa de su mamá, necesitado de ayuda.
Su familia lo recibió con todo el afecto y ganas de apoyarlo en su rehabilitación, pasó algunos meses encerrado en su cuarto, sobrellevando su ansiedad y con la promesa de jamás volver a las calles. Luis, empezó a buscar empleo, y hoy por hoy, no consume ningún tipo de droga.
El consumo de droga continuará siendo no solo una penosa realidad sino un tema coyuntural para la sociedad que divide opiniones. Por un lado, el escepticismo a la verdadera rehabilitación que se sustenta en la reincidencia de los jóvenes, y por el otro, la creencia de que “el que quiere puede” y por ende, salir de este oscuro mundo resulta posible. ¿Qué cree usted?.