Milagro de Dios, memorias de una resistencia urbana

El barrio Milagro de Dios se construye en medio de la incertidumbre de la legalidad. Pero también, en el fragor de las luchas de sus habitantes por el derecho a la ciudad. En medio de una invasión que comenzó desde el año 2012 por parte de familias que compraron lotes de tierra a 50 mil pesos para construir sus viviendas detrás de la cárcel de Picaleña.
El barrio colinda con la cárcel, Comfenalco, las Américas y Villa Prado, cerca del paso de la quebrada Doima. Está a pocas cuadras del aeropuerto Perales y la variante de doble calzada que viene de Bogotá y conecta con la carretera de la Ruta del Sol. Es un barrio de habitantes a quienes se les ha negado el derecho a la ciudad, en medio de un sector de desarrollo urbanístico de alto precio. Es un lunar de pobres en terrenos donde los ricos pusieron sus ojos.
El proceso de asentamiento comenzó hace cerca de 6 años, cuando don Julio Newton Villa, de nacionalidad española y propietario del predio, decidió parcelar la tierra en la que vivió hasta el término de su vida y ponerlo en venta por una suma muy económica. Esto con el objetivo de apoyar a la gente que no contaba con los recursos suficientes para adquirir una vivienda.
Aunque don Julio Villa acompañó los inicios del asentamiento, su vida no le alcanzó para dejar legalizados los lotes, y ante la imposibilidad de la gente por demostrar con escrituras ser dueños de dichos predios, surgieron los inconvenientes: intentos de desalojo y conflictos por la apropiación del territorio.

Tras varios enfrentamientos con las autoridades locales y de la policía, y además de los abusos cometidos por parte de grupos que intentaron hacer negocios con las parcelas, la gente ha logrado construir poco a poco sus viviendas.
En el mismo sector, en el predio que don Julio Villa no alcanzó a repartir en vida, se viene construyendo el barrio Villa Prado, con un proceso de asentamiento similar al de Milagro de Dios.
Todo un milagro
Milagro de Dios y Villa Prado han sufrido la constante estigmatización de los barrios aledaños, debido a los conflictos de orden social por parte de bandas criminales y expendios de drogas. “El imaginario de la gente cuando les mencionan Milagro de Dios, es que aquí es muy peligroso, que aquí roban y fuman marihuana, pero realmente es un barrio que se está uniendo para sacar adelante proyectos en común”, dice Olga Guerrero, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Villa Prado.
Pese a todos los inconvenientes que han vivido, el Barrio Milagro de Dios y Villa Prado han tenido logros muy importantes para su desarrollo como son la electrificación, la creación de la Junta de Acción Comunal con su personería jurídica y la legitimidad de ser reconocidos como barrios.

Si bien don Julio Villa vendió los primeros lotes a un costo muy bajo, no tardó en aparecer quien se aprovechara de la situación. Los lotes comenzaron a ser vendidos en dos y tres millones de pesos.
Holman Barreiro llegó al barrio en el año 2014. Él cuenta como fue el proceso para adquirir un lote. “Cuando yo vine a buscar un predio, ya se escuchaba para entonces de una banda dedicada a la venta ilegal de lotes, que los vendía a un millón de pesos y luego obligaba a los compradores a desalojar para vender el lote a otra persona”, dice.
Las comunidades de Milagro de Dios y de Villa Prado, hoy le apuestan a la transformación de sus modos de vida. Desde hace ya casi dos años, vienen desarrollando un proceso de formación y fortalecimiento de las capacidades humanas en busca de un buen vivir.
En la casa de la señora Blanca Bautista se realizaban reuniones entre líderes, para discutir problemáticas y proyectos del barrio. “Un día apareció un señor bajito, gordito y muy amable, dijo que era profesor de la Universidad del Tolima y que le gustaría trabajar con nosotros para ayudarnos a solucionar necesidades básicas”, cuenta Holman Barreiro.
La educación es la clave
Con el apoyo del profesor Miguel Espinosa se sembró la semilla para el cambio. Allí, en la casa de la señora Blanca nació la idea de crear una biblioteca para el sector, esto como excusa para atraer a niños y jóvenes al buen aprovechamiento del tiempo libre y alejarlos del ocio y del consumo de drogas.
La biblioteca fue inaugurada el 7 de diciembre del 2017 con el nombre de Biblioteca Julio Villa, en honor al ya fallecido promotor del asentamiento. Esta actividad reunió los esfuerzos de distintos actores sociales. Hicieron donación de libros, mesas y sillas. Estudiantes del colegio José Joaquín Flores dictaban clases para reforzar el aprendizaje de los niños.
“Este fue el inicio de un gran proyecto, con el tiempo ya se inició un diplomado de liderazgo, allí se capacitaban a los líderes de los dos barrios para gestionar y desarrollar proyectos para la comunidad”, cuenta Barreiro. De esta manera los líderes del barrio fueron superando las diferencias y comenzaron a trabajar por lo común.
Al proyecto se han venido sumando líderes de otros barrios aledaños como don Rafael Montalvo, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Reservas de Santa Rita y líderes de Villas de Gualará. Otros están a la expectativa de que proyectos como este, comiencen a implementarse en sus sectores.
Hoy en la Biblioteca Julio Villa se están desarrollando tres programas de formación para niños, jóvenes y líderes, con el objetivo de fortalecer sus capacidades y mejorar su calidad de vida:
*Escuela de Formación Integral, con el cual se pretende que niños y jóvenes expuestos a la distribución y consumo de drogas, hagan uso de su tiempo libre en actividades lúdicas, deportivas y creativas.
*Programa Integral Eco-Sostenible (PIES), en el que se hace recolección de basuras, se han instalado puntos ecológicos para la buena gestión de los residuos sólidos y se hace un ciclo de cine ambiental que refuerzan en el cuidado del medio ambiente.
*Programa Integral de Comunicación Alternativa, busca mejorar los lazos comunitarios mediante estrategias que permitan divulgar las acciones de resistencia de la población, hacer visible a la comunidad ante otros actores de la ciudad y lograr el acceso a todos los medios y redes de información y comunicación.
Hoy la comunidad de Milagro de Dios y de Villa Prado, tienen un objetivo claro. Sacar adelante su comunidad, enfrentar nuevos retos y proyectarse como un sector que sea ejemplo de lucha por el derecho a la ciudad.