Una virgen sin pedestal
Colombia, es el segundo país más biodiverso del planeta después de Brasil con quien comparte la selva amazónica, bosque que se considera el pulmón más grande del mundo: este país ocupa el cuarto lugar en América del Sur en cuanto a extensión territorial y cuenta con más de 54.871 especies registradas de las cuales 3.625 son especies exclusivas: 66 tipos de aves, 1.500 especímenes de plantas, 367 ejemplares de anfibios y 34 variedades de mamíferos.

En el Tolima la situación ambiental no es distinta debido a que este departamento cuenta con patrimonios ecológicos invaluables como: Parques Nacionales Naturales, Volcanes, Bosques Naturales, Páramos, Humedales, Áreas protegidas, Cerros Naturales, Cuevas Naturales, Cascadas, Jardines, Ruinas y Reservas Naturales de la Sociedad Civil que constituyen una fortuna para la población tolimense y colombiana. No obstante, esta riqueza también está en su subsuelo y quizás por ese motivo, es que es uno de los departamentos más afectados por la explotación minera. Grandes multinacionales como Anglo Gold Ashanti han querido apropiarse de sus páramos y montañas, situación que los habitantes han decidido parar rotundamente, cualquier actividad que implique el deterioro y la destrucción de sus ecosistemas no es bien recibida.
La lucha del pueblo tolimense
La razón por la cual los habitantes del Tolima se han opuesto a estas prácticas mineras tiene que ver con el deterioro ambiental que se produce en las áreas que han sido utilizadas legal o ilegalmente, para satisfacer intereses personales y de poderosas empresas explotadoras del medio ambiente. Una de las instituciones globales “fuente de asistencia financiera y técnica para los llamados países en desarrollo” como lo es el Banco Mundial considera que Colombia tiene el potencial para desarrollar proyectos ambientales que impacten positivamente en el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, estos se inician desde la creación de conciencia en cuanto al conocimiento de las riquezas biodiversas que posee el país, hasta la ejecución de leyes o decretos que se instauren para lograr proteger tan valiosos recursos como la “red de microcuencas hidrográficas.”
Red de microcuencas de Ibagué: Ecosistemas que se deben recuperar, mantener y preservar
Entre la Avenida “Mirolindo” y la avenida de “El Jordán”, rodeada por los barrios “Hacienda Piedra pintada”, “Versalles”, “Varsovia”, “Villa Café” y otros sectores que esta recorre, se encuentra la microcuenca “Hato de la Virgen”, un lugar que es de fácil acceso pero que, a pesar de su amplia dimensión, muchos ibaguereños desconocen. Nacida desde el río Chípalo que inicia bajo el puente del barrio Versalles, desemboca de nuevo en este mismo afluente que también atraviesa cercanamente al barrio El Topacio.

(Fuente – Tésis: Yudy Andrea Álvarez Sierra)
El quehacer para la restauración de las fuentes hídricas
Hace más de 40 años, “El Hato de la Virgen” era una cuenca donde las familias de la “Ciudad Musical de Colombia” salían a realizar distintas labores como la pesca, aunque este sitio era una zona de esparcimiento se vio afectado debido a una mala planeación por parte de quienes dirigían la urbe en ese momento; luego de ello, la quebrada se transformó en un basurero donde desembocan más de 55 residuos producidos por las actividades humanas de aproximadamente 88 barrios de Ibagué.


Asentamientos sobre el borde de la microcuenca - Fuente: Universidad del Tolima, 2012.
Estudios realizados por CORTOLIMA concluyen que la causa de dicho deterioro es la falta de conciencia ambiental por parte de los habitantes de los más de 30 barrios y 2 invasiones que rodean esta microcuenca, sumado a ello, la falta de un sistema de recolección de residuos sólidos hace que su restauración sea un proceso complicado el cual lleva gestándose desde varios años atrás.
En el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) están contemplados varios objetivos a largo y mediano plazo: el primero de ellos es la reubicación de más de 2000 familias asentadas en el borde de la microcuenca y el segundo, es la recuperación de este afluente desde el punto de vista ambiental.
Las labores de trabajo para el rescate de esta y otras microcuencas ubicadas dentro del casco urbano, más exactamente en la comuna 6 entre el barrio Cañaveral, La Esperanza y La Gaviota, tales como: “La Mulita”, “Las Panelas” y “Las Saposas”, van desde jornadas de limpieza, pasando por la reforestación, hasta implementar denuncias para realizar comparendos a quienes sean vistos arrojando basura en las distintas fuentes hídricas y así hacerlas efectivas a través de la Policía Ambiental.

Residuos encontrados en una parte de la microcuenca.
Avances
Aunque pocas, se han tomado distintas medidas para trabajar en la recuperación de estas fuentes hídricas. En el caso del Hato de la Virgen, se han adelantado procesos de reconexión de alcantarillado en los barrios cercanos a la microcuenca, así como también la ya mencionada reconexión de desechos mediante jornadas de limpieza entre los entes gubernamentales y la comunidad, así como también diferentes jornadas de vacunación y atención médica.
Finalmente, en junio de 2018, 39 de las 2000 familias asentadas en las orillas de la microcuenca han sido reubicadas en distintas viviendas bajo la medida de arrendamiento que pretende subsidiar la alcaldía de la ciudad.