top of page

Cañón del Combeima, entre la incertidumbre y la esperanza

Por: Laura Arias


Desde que inició la pandemia, el Cañón del Combeima ha sido uno de los lugares turísticos más golpeados por el aislamiento preventivo obligatorio decretado por el Gobierno Nacional. Los habitantes del sector, sobre todo los comerciantes han sufrido pérdidas a raíz de la pandemia, sin embargo, ante el temor de contagio quieren volver a reabrir el turismo del sector que es la principal fuente de empleo. Esto también ha suscitado que algunos habitantes bloqueen las vías a los ciclistas ya que consideran que ellos son fuente de riesgo para sus familias.


El Cañón del Combeima es una de las entradas al Parque Nacional Natural de los Nevados, por lo tanto es uno de los sitios turísticos más importantes del departamento del Tolima, así mismo, la calidad de su clima, los paisajes frondosos y las vistas naturales que ofrece son únicos en la región.


Una vez se decretó el confinamiento, cientos de familias que vivían del comercio y el turismo dejaron de recibir ingresos. Martha Lizandro tiene 43 años, la mayoría de su tiempo ha vivido en el barrio La Vega vía a Villa Restrepo, tiene su local de venta de frutas y verduras al frente de la casa de uno de los novelistas, escritor y poetas más recordados del país, Jorge Ricardo Isaacs. “Hemos perdido productos, como ha sido limitado el acceso al cañón, la fruta y la verdura se nos daña porque no hay quien compre” comenta.


En el sector, es muy común ver negocios como el de Martha, donde se venden frutas, verduras, jugos, helados, los populares merengones y otros productos que identifican la región. Ella le compra a más de seis familias que viven por el sector para abastecer su puesto de trabajo. Sumado a esto, “n mi familia somos nueve integrantes los que vivimos del negocio”, lo que hace que la situación tanto para ella como para su familia sea crítica desde que se restringió el acceso a los turistas y ciclistas en el Cañón del Combeima. “Los ciclistas son los que más compran, ellos vienen y suben, se toman su jugo de naranja, compran su banano. Algunas veces se bajan o también vienen personas en carro y de una vez hacen el mercado de plaza” comenta.


Negocio de la señora Martha. Fuente: Cristian Trujillo

Sumado al aislamiento preventivo obligatorio, desde hace unas semanas algunos habitantes del barrio Chapetón decidieron parar a los ciclistas y no dejarlos subir, porque podrían ser fuente de contagio del nuevo coronavirus. Martha en cambio cree que los controlan demasiado a la hora de subir, y ellos son los que más compran y favorecen el comercio, “Si los ciclistas cumplen con su tapabocas, deberían dejarlos pasar, el comercio lo hace el ciclista” expresa.


El Cañón del Combeima se divide en tres grandes corregimientos, Juntas, Cay y Villa Restrepo, siendo este último uno de los sitios más reconocidos por los turistas y las familias en general los fines de semana. Hace más de 5 meses que inició la pandemia, Nelson Gallego ha visto poco a poco cómo su empresa familiar ha ido decayendo debido a las consecuencias de la emergencia sanitaria, él es propietario del reconocido local de Almojábanas de Villa Restrepo, que funciona hace más de 11 años en el parque principal de dicho corregimiento, dice que esta situación “ha afectado a todos los sectores turísticos, en el Cañón, los fines de semana se trabajaba bastante antes que pasara esto del Covid”.


Quisiera leer: Ciclismo: medio de transporte y práctica deportiva en crecimiento



Local Almojábanas de Villa Restrepo Fuente: Cristian Trujillo
“Yo tenía 24 personas del sector trabajando conmigo en los negocios de las almojábanas” explica Gallego, “ahora solo trabajan dos niñas, pero las roto cada dos días para darles oportunidad”. Sumado a esto expresa que, la alcaldía de Ibagué y la Gobernación del Tolima no les han brindado las ayudas necesarias, “aquí sólo llegó una vez un mercado y no fue más”, “lo que más pedimos es ayuda a nuestros colaboradores que son los que más se ven afectados”.

Don Nelson hace más de 3 años había creado con Giovanny Varón, líder de Bicibagué, una estrategia para fomentar el turismo y el ciclismo. “Todos los lunes a Villa Restrepo había un evento que reunía de 300 a 400 ciclistas”, lo que significaba según él una buena noche de comercio para todo el sector. Ahora que las ventas están paralizadas, cree que los ciclistas son los que están ayudando económicamente en esta crisis, “yo soy consciente de lo que pasamos por la pandemia, estoy de acuerdo con que cerremos y nos cuidemos todos, pero tiene que ser equitativo, porque había unas pocas personas que hacían un cierre arbitrario, los carros si los dejaban pasar para los restaurantes y estaderos, solo bloqueaban la vía para los ciclistas” añade.


Protocolo de bioseguridad. Fuente: Cristian Trujillo

Con respecto al tema de los cierres que se han presentado, Nelson menciona que poco a poco se ha dialogado con las personas del sector y la misma policía se ha encargado de prestar atención a las personas que suben al Cañón, “aquí en Villa Restrepo estamos haciendo todos los protocolos de bioseguridad como desinfectar bicicletas y zapatos, la gente no puede entrar a los establecimientos, solo se atiende en la parte de afuera” explica, así mismo, él como impulsador de iniciativas que favorecen al sector piensa que “los ciclistas son vida, son salud, una persona contagiada no puede hacer ese deporte por la exigencia física”.


Mientras tanto, don Nelson espera que pase la pandemia y se pueda volver a la normalidad “aquí siempre son bienvenidos, apoyémonos entre todos, guardando distancias, por aquí los esperamos” y añade que cada vez que se termina la jornada se desinfecta todo el parque de Villa Restrepo para así cuidarse entre todos.


Según el DANE, más de 90mil personas han perdido su empleo en la ciudad de Ibagué, catalogándola como la segunda ciudad más desempleada del país. El fiel reflejo de las penosas estadísticas se puede evidenciar en los puestos de trabajo despedidos en el negocio de Nelson Gallego.


Asimismo, se encuentra Sandra Ramírez, quién hace más de 5 años vive en Villa Restrepo junto a su esposo y sus hijos, “yo trabajaba los fines de semana en los restaurantes de aquí, pero me quedé sin trabajo por toda esta cuestión de la pandemia y los negocios cerrados”.


Para ella ha sido difícil poder lidiar con el aislamiento preventivo obligatorio y las escasas ayudas del gobierno, sin embargo, su salvavidas ha sido su esposo, Robinson Bohórquez, quien es agricultor de las verdes montañas que cobijan el rio Combeima, “mi esposo trabaja lo que es la arveja y habichuela, o a veces recoge café de estos lados”, es así como han podido sobrevivir durante los meses de aislamiento obligatorio.


Parque de Villa Restrepo. Fuente: Cristian Trujillo

“Los primeros días de la pandemia no había trabajo para él, le tocó irse un tiempo pero ya volvió a trabajar por aquí menos mal”. Ella sabe que ahora mismo no se puede hacer nada ante el inminente aumento de casos de coronavirus en Ibagué, a tal paso de ser la décimo tercera ciudad más afectada de las 32 capitales del país según el Ministerio de Salud. “Sería bueno que abrieran para poder trabajar, pero por el asunto de la pandemia es muy complicado, por lo tanto, toca es esperar”.


Sandra reconoce la labor que realizan personas como don Nelson, “es muy bueno lo que hace desinfectando y teniendo todas las medidas de seguridad”. Igualmente ella comparte las ideas de Martha y Nelson; “hay gente que les fastidia que vengan los ciclistas sin tapabocas, por unos pocos, pagan todos”, pero también enfatiza que ahora mismo cualquier ayuda de los que suben al Cañón es importante para la comunidad que vive del comercio y el turismo. “Hay que seguir cuidándonos entre todos mientras esto pasa y especialmente los ciclistas para que no tengan inconvenientes con otras personas”.


Voces de los visitantes


Por otro lado, los ciclistas también sienten que colaboran con el comercio en la región, sin embargo, hay quienes han dejado de ir por las dificultades que se les han presentado con algunos habitantes del Cañón. Sebastián Suárez también cree en lo que dice Nelson. Tiene su taller de bicicletas en el barrio El Salado y suele rodar en los momentos que puede, “Nosotros cada vez que subimos aportamos a la economía del Cañón, compramos aguapanelitas, bizcochos, dedos y esas cositas”.


Para Sebastián el problema principal es la falta de diálogo, ya que sin el "no se puede lograr un acuerdo"; por lo que argumenta que cuando les cierran el paso prefieren devolverse y hasta no volver como lo han hecho algunos de sus amigos, “no debería de ser así, yo respeto la opinión de ellos, pero bloquear las vías, no” además, dice que esas personas que cierran las vías le hacen un daño enorme al Cañón ya que la gente no querrá volver y por lo tanto, el comercio se verá afectado en un futuro cercano.


Él también afirma que no es la primera vez que les ha pasado. Semanas atrás en la vereda Chembe en el Salado, “unas personas nos decían groserías y salieron con palos para que nos devolviéramos, por lo que tuvimos que cancelar esa ruta del Salado”. Sin embargo, cree que las medidas que han tomado son necesarias y acordes al momento, mencionando que la policía en el sector de Llanitos revisa que lleven el casco y el tapabocas como elemento de protección, “hay que cuidarnos con los protocolos y en lo que si estoy de acuerdo es no dejar subir a la gente que irrespeta los protocolos de bioseguridad, porque por uno pagamos todos” enfatiza.


Sebastián Suárez en la Antena de la Martinica. Fuente: Cristian Trujillo

De igual forma, Sebastián sigue rodando por algunas otras rutas del sector rural de Ibagué a la espera de que la situación mejore para todos y que se vean beneficiados todos los sectores que confluyen en la vía de acceso al Nevado del Tolima.


“La protección es necesaria, aunque montar bicicleta con tapabocas es incómodo, lo mejor es portarlo cuando uno vaya a comprar algo y tener la distancia prudente”, por lo que argumenta que al cuidarse entre todos con los protocolos, coordinar las salidas y avisar a las autoridades, es el mejor camino para recobrar la confianza entre los habitantes del Cañón y los cientos de ciclistas y turistas que frecuentan el lugar.


Mientras el desempleo sigue rampante en Ibagué y las ayudas del Gobierno se aguardan, los residentes del Cañón del Combeima esperan que pronto pase la emergencia sanitaria o incluso que se permita una reactivación paulatina de las actividades turísticas rurales como lo han anunciado las autoridades de la ciudad. Sin embargo, saben que el camino es largo, por lo tanto, las medidas que recomiendan las autoridades locales y la participación activa de la comunidad con los ciclistas y turistas pueden servir para evitar la propagación del virus y que tengan un progreso en economía local que es la principal fuente de empleo para los tres corregimientos y algunas veredas del Cañón del Combeima.


Le puede interesar: Tenderos de Ibagué mueven la economía en la pandemia

124 visualizaciones0 comentarios

Entradas relacionadas

Ver todo
bottom of page