El Salado, una potencia turística sin desarrollar
Por: Laura Daniela Tellez
Fundado en 1540 por el capitán español Gil de Rengifo al norte de la actual capital musical de Colombia. El barrio especial El Salado como hoy le conocemos, representa uno de los mayores símbolos culturales e históricos de la población ibaguereña, al ser sinónimo de leyendas, tradiciones y costumbres, que hacen parte del legado tolimense, dejado por las primeras tribus indígenas que habitaron la zona.
Debe su nombre a la antigua comercialización de la sal que realizaba la tribu indígena, los ‘Tolimas’, quienes se establecieron y trabajaron en estas tierras hasta la conquista española, empezó como un caserío, despuévereda y, es un punto de referencia turística del Tolima, gracias a su agradable clima cálido.
Por aquel entonces, el 11 de septiembre de 1964, debido a su cercanía con Ibagué y el crecimiento de esta ciudad, el sector pasa a llamarse barrio especial El Salado, convirtiéndose de forma oficial en parte del territorio ibaguereño, gracias a la gestión del párroco de la época José Antonio Oviedo, en compañía de la Gobernación del Tolima.
En ese momento, El salado era un punto exclusivo a la hora de realizar un paseo de olla en el río Alvarado, o visitar algunas de las fincas agro turísticas, dónde se podían realizar paseos a caballo por todo el sector, refrescarse en una de las piscinas naturales aprovechando su clima cálido para obtener un excelente bronceado y finalmente disfrutar de una buena rumba en la gran cantidad de establecimientos que le daban a la zona céntrica de El Salado, un ambiente festivo y colorido, ideal para disfrutar con familia y amigos.
Esas costumbres se veían hasta hace un par de décadas, cuando la ciudad decidió invertir en entretenimiento dentro del casco urbano y voltearon sus ojos a otros puntos históricos dónde la naturaleza y un clima más templado, se robaron la atención gracias al ambiente tranquilo y pacífico que brindan a los ibaguereños.
¿El salado como sitio Turístico?
La falta de visión de negocio y poca atracción turística novedosa, convirtieron al Salado en una zona de viejos recuerdos, dónde perduran escombros de lo que alguna vez fue el principal centro turístico de la ciudad, que se ha visto opacado por nuevas construcciones, e inversión en novedosos puntos de esparcimiento donde la tecnología es el principal foco de atención.

Los habitantes de este sector le apuestan a la cultura, historia y tradición como eje principal para atraer visitantes, ya que el turismo es el principal motor de la economía de esta zona.
“La diversidad turística del Salado es tan amplia, que a día de hoy cuenta con 3.2 puntos de esparcimiento y recreación que no lo tiene ningún sitio de Ibagué”, según palabras del presidente de la Junta de Acción Comunal Mario Eduardo Rico Díaz. Sólo que estas no son del todo conocidas por la población ibaguereña, debido a la poca gestión de sus propietarios, que no las publicitan más allá de la comuna siete.
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La calidad gastronómica de esta comunidad es muy buena, liderada por la lechona y el tamal que son los platos típicos de nuestra tierra. La plaza de mercado, además de los diversos restaurantes y asaderos que se extienden a lo largo y ancho de este territorio, ofrecen a los visitantes un amplio menú dónde podrán disfrutar comidas tradicionales de los tolimenses, lo que ayuda a rescatar el sentido de pertenencia, resaltando nuestro patrimonio.
La conservación y cuidado del medio ambiente también hace parte de la oferta turística, con la que los habitantes de esta zona esperan hacerle frente a las carencias de mercadeo y aumento de turistas para mejorar su situación económica, además de realizar un llamado a los entes gubernamentales, para obtener apoyo en cuanto a inversión en infraestructura, vías y servicio de energía, para garantizar a sus visitantes un ambiente seguro en donde se puedan sentir cómodos y disfruten de los servicios que esta zona ofrece.
¿Se necesita una inversión en el salado?
Adriana Correal Gómez, trabajadora de la Alcaldía y actual bibliotecaria del centro comunitario de El Salado, expresa “si es necesaria una inversión por parte de los entes gubernamentales en cuanto a infraestructura y turismo, ya que muchas de las viejas construcciones que siguen en pie, cuentan con un alto grado de descuido y muchas han sido demolidas en los últimos años”.
Con esto se puede salvar parte del patrimonio histórico y cultural de esta población, ya que es muy poco lo que queda de aquel pueblito alegre y tradicional que atraía a muchos visitantes, por su sentido de pertenencia, tradiciones y costumbres que alegraban a los ibaguereños en las fiestas de San Juan y San Pedro, gracias a su ambiente festivo, que contrastaba con la gris ciudad.
Para Mario Eduardo Rico, presidente de la Junta de Acción comunal, el turismo en El Salado no ha tenido la relevancia que merece, alegando que en la Alcaldía no se han elaborado proyectos de calidad para la conservación y mejoras de puntos llamativos de la zona, que pueden ser un imán para muchas personas que aún no conocen la variedad turística de este territorio y eso afecta en el crecimiento y emprendimiento de sus habitantes.
Muchos dueños de establecimientos públicos de El Salado, dicen tener buenos ingresos durante los fines de semana a pesar del déficit de visitantes que han tenido en los primeros meses del año, exponiendo que en temporada alta a mitad de año los ingresos han disminuido un 30%, respecto a lo que obtenían hace 5 años en estas mismas fechas.

Para administradores de balnearios y fincas agro turísticas, como Carlos Arturo Pérez, administrador de Villa Leones, el mal estado de las vías y la inseguridad en las zonas rurales de El Salado, ha dificultado el acceso a los visitantes que anteriormente visitaban en buena cantidad su establecimiento, señalando que no hay un acompañamiento por parte de la Alcaldía a la problemática anteriormente mencionada.
Pero sin lugar a dudas los más afectados han sido los dueños de los bares de la zona céntrica, quienes en su gran mayoría han tenido que cerrar sus locales al público, por la poca asistencia que se presenta los fines de semana a causa de riñas, inseguridad, además de la construcción de discotecas en la vía mirolindo, que ofrecen una rumba más segura y novedosa, dejando a estos lugares en un segundo plano.
¿Qué tan viable es la economía a través del turismo?
Los habitantes del barrio especial El Salado tienen a su favor la riqueza natural, contando con un clima cálido, increíbles paisajes que ofrecen sus zonas rurales, el ambiente festivo y pintoresco que aún sobrevive los fines de semana, concluyendo con gran variedad de sitios de esparcimiento, que van desde rutas ecológicas, hasta restaurantes, balnearios y centros vacacionales.
Por lo que la oferta es amplia en esta zona a pesar de que no ha tenido el empuje necesario para ser el número uno. ¿Pero los entes gubernamentales avalan toda esta oferta turística, a pesar de que una de las cajas de compensación más grandes del país tiene su sede en este sector?
Los mayores puntos turísticos de la ciudad se ubican al sur, debido al gran interés de la comunidad en cuanto al cuidado de los páramos y la conservación del medio ambiente, obteniendo en estos lugares un momento de reflexión y espiritualidad, gozando de un clima más templado, oferta gastronómica variada, cercanía al nevado del Tolima, por lo que es mucho más atractivo para los ibaguereños.
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Jonathan Prada, residente del barrio El salado indica "estos sitios tampoco es que cuenten con mucho respaldo de los entes gubernamentales, en cuanto a infraestructura vial y servicio de energía, ya que en horas de la noche gran parte de la carretera no cuenta con la iluminación necesaria para evitar accidentes" , complementado a eso, los huecos dificultan bastante la circulación de la gran cantidad de ibaguereños que deciden emprender el ascenso hasta Juntas.
El Salado no es ajeno a esa problemática, pero a diferencia de estos corregimientos, la comunidad no conserva su identidad turística afectando el medio ambiente sin ningún tipo de consciencia que agranda el problema, por lo que gracias al descuido y abandono de muchos puntos que debieron ser protegidos por la comunidad, para evitar sequías como el caso del río Chembe, la riqueza natural de El Salado, se ve deteriorada en comparación a la de estos lugares.

Según Xiomara Martínez de la Secretaría de Turismo de Ibagué, se están manejando proyectos para el desarrollo de nuevos puntos turísticos en la zona, entre los que destacan la compra de pequeñas fincas, para la creación de 3 centros vacacionales en donde los afiliados a la caja de compensación Comfenalco serán los más beneficiados.
En cuanto a un posible interés de los entes gubernamentales a generar una economía dependiente del turismo en Ibagué, ella asegura que es una acción viable, “ya que el aumento de población en la ciudad y la recurrente falta de empleo, han impulsado iniciativas en el campo ambiental, con la creación de futuros parques ecológicos, que se ubicaran en puntos principales de la ciudad, entre los que se encuentran el barrio especial El Salado”.
Estos parques generarán más de 3 mil empleos a todos los ibaguereños, incluidos los que se encuentren en situación de discapacidad, con el fin de globalizar la idea de la importancia de los seres vivos, como protectores del agua y de la biodiversidad que tenemos la fortuna de poseer. En cuento a los negocios ubicados en la zona rural de El Salado, se trabajará en conjunto con la Alcaldía, para ampliación y mejoras.
Todo esto, “con el fin de iniciar una actividad turística efectiva, que ayude a mejorar la infraestructura cultural e histórica que se quiere conservar en gran parte de la comuna siete, como un punto de referencia dónde todos los tolimenses, recuperemos esa identidad que nos hace únicos en comparación con muchos departamentos del país y el ciudadano de a pie no olvide sus raíces”. Según José Sosa, integrante del taller ‘Ibagué ciudad de ensueño’ de la secretaría de turismo.
Sosa también asegura que se han desarrollado talleres orientados a la inversión y crecimiento turístico en corregimientos de Ibagué cercanos a El Salado, como Chucuní y San Bernardo, a pesar de su descuido.
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El principal objetivo de todos estos proyectos, es la recaudación de fondos para mejoramiento de infraestructura vial y la conservación de la memoria histórica y cultural de este territorio. Según Sandra Pinzón, integrante del taller Ibagué Ciudad de Ensueño comenta, “ya se ha empezado a trabajar con fincas agro turísticas reconocidas de El Salado, como la Piscícola El Carmen, en dónde se ha fortalecido la parte rural y se han incluido más actividades para la familia”.
Este es el principal aporte de esta zona de la ciudad a la economía ibaguereña, el turismo como vía de desarrollo, pero primero se debe fortalecer el sector en cuanto a infraestructura para hacer aún más llamativa su oferta de recreación y esparcimiento, para hacer un llamado al ibaguereño y al turista en general, para que disfrute en la capital musical de Colombia, infinidad de planes que van desde lo natural a lo extremo.
Tal vez con una gestión más adecuada tanto de los entes gubernamentales como de los dueños de los centros turísticos, se le pueda sacar provecho a un territorio que tiene mucho por ofrecer, y del cual se pueden recibir excelentes ganancias para invertir en necesidades primarias de la ciudad como educación, salud y empleo.