top of page

Entre la calle y los sentidos

La Carrera Tercera se ha caracterizado por ser el primer sitio comercial de la Capital Musical, donde miles de ibaguereños recorren sus calles para conseguir desde ropa, comida, abarrotes, hasta libros y hacer diligencias en la gobernación y alcaldía. También es el sitio donde cientos de vendedores ambulantes ven por estos caminos su manera de subsistir ante las crecientes cifras de desempleo que suele tener la ciudad.


Una de las más icónicas calles de Ibagué, ubicada en el centro, por la que han pasado diversas personalidades y hechos históricos, como las repercusiones del Bogotazo el 9 de abril de 1948 hasta los cientos de políticos que realizan el popular “Tercerazo” en busca de votos en épocas electorales.


Quizás te interese leer: Trans Fénix: el renacer de la lucha por la visibilidad trans


Por esta carrera que algunos consideran un “boulevard”, decenas de artistas aprovechan la gran cantidad de personas que la transitan para demostrar sus talentos y habilidades a través de distintas expresiones culturales.



El recorrido por “El Tercerazo” inicia en el Parque Galarza ubicado en la Calle 19, hace algunos años instalaron casetas comerciales para que algunos vendedores lograran tener un lugar decente para vender sus libros y demás.


Arsenio Naranjo trabaja desde hace años en la tercera caseta del Parque Galarza, se dedica a vender libros nuevos y de segunda mano. Aquí se pueden encontrar clásicos de la literatura hasta libros propios del Tolima.

Arsenio Naranjo se dedica a vender libros y encuadernar todo tipo de escritos.


Las ventas han ido decayendo debido a que “la gente prefiere leer por internet y ya casi no compran libros” asegura Naranjo. Sin embargo sigue en su lucha por no dejar morir la venta de libros y la encuadernación de archivos, tesis y hasta de libros que llegan en malas condiciones y pueden tener una segunda oportunidad.


Arsenio Naranjo encuadernando un libro que estaba en malas condiciones.


Subiendo por la Carrera Tercera hasta los olores van cambiando, por los alrededores de la Calle 15 y 16, la comida se hace presente en esta transitada avenida. Se pueden encontrar desde mango biche, hasta locales que venden empanadas, buñuelos, helados y demás manjares de la región.

Chicharrones de cerdo, los platillos más apetecidos. Su sabor y textura hacen que propios y extraños se deleiten de este manjar que se acompañan con arepa y limón.



Los chicharrones pueden ir desde los dos mil pesos hasta los cinco mil, dependiendo el tamaño. Doña Karen, los ha vendido por más de cinco años en la Calle 16 con Tercera, y aunque le apenen las fotografías, su chicharrón siempre posa elegante para los transeúntes del centro.


Ella, emprendió su puesto de chicharrones como una manera de solventar las deudas del hogar, “Hace unos años no me salía nada de trabajo y la situación era difícil, por eso un día me levanté y decidí poner el puestico a ver si me iba mejor por este lado”, comenta Karen, madre cabeza de hogar.


También puedes leer: El turismo: motor de crecimiento y corazón del comercio carmelitano


Y así como los olores van cambiando en cada calle, los sonidos también tienen su ambiente particular. Al frente del Teatro Tolima, escenario emblemático de encuentros musicales y teatrales, se sitúan músicos de la región que no cuentan con un espacio físico para poder ejercer su trabajo plenamente.


Aunque esos obstáculos no han sido impedimento para Los Polifacéticos de Ibagué, trío musical compuesto por tolimenses que con sus melodiosas voces e instrumentos le dan vida a la Carrera Tercera. Armando Sánchez oriundo de Rovira, vive en Ibagué desde hace más de 20 años. Hace parte de los Polifacéticos, agrupación musical que entona música tradicional colombiana, vallenatos, rancheras entre otras.


Sánchez está acompañado por el “pollo vallenato” y el “popular pitufo”, sus compañeros de trío que armonizan el centro de Ibagué desde hace meses. Y aunque no tienen ayudas de ningún tipo se rebuscan lo “del diario” en el centro, para así poder subsistir, “Diosito de todas no nos desampara y de alguna manera siempre pasamos” concluye Don Armando.


Así como los puestos de venta de ropa que suele inundar las calles de la tercera, hay espacios para todo. Antes de llegar a la plaza Manuel Murillo Toro, Don Fernando se ubica al costado del Banco de la República, donde se dedica a pintar desde hace más de 40 años, y aunque nunca obtuvo una titulación, sus obras hablan por sí solas, “Siempre he sido empírico, me ha gustado pintar y crear cultura desde mi arte para las demás personas”.


Fernando cree que desde la pintura se promueve el arte y la manera más eficaz de que suceda es que la gente lo apoye así no compren las pinturas, “porque la gente que viene de otro lado mira y se lleva una bonita impresión de lo que hacemos aquí”, enfatiza el pintor.



Entre tantos contrastes del centro de Ibagué, se evidencian los diversos matices que afloran desde este histórico sector de la ciudad, los sentidos se ponen a prueba, y hacen volar la imaginación de artistas, músicos, vendedores y demás personas que transitan por este concurrido sector, quienes conforman un ecosistema urbano donde las ganas de salir adelante son su motivo principal.






162 visualizaciones0 comentarios

Entradas relacionadas

Ver todo
bottom of page