La desigualdad en tiempos de educación virtual
Por: Jhenifer Rodriguez

El Covid-19 llegó a Colombia como llegan muchas cosas, habiendo pasado primero por Bogotá, traído desde donde traen muchas otras modernidades, desde Europa, pero esta vez no fue como otras, no fue el privilegio exclusivo de la clase alta por varios años, como si lo fueron los computadores, los celulares y el internet, que a diferencia del coronavirus venía desde Estados Unidos.
Hay otra cosa en la cual el internet se diferencia del coronavirus, por lo menos en Colombia, mientras el Covid-19 se expande rápidamente sin discriminar estrato social, el internet ya más distribuido, sigue sin llegar a muchos lugares del país, podría decirse que es privilegio de la clase media de las distintas regiones, algunas veces con mucha suerte, de ciertas familias de la clase media baja, de forma intermitente de algún campesino o de alguna persona en un barrio pobre de una ciudad cualquiera, como Ibagué.

A veces, un pobre tiene internet porque recarga y compra datos, porque visita a un amigo, porque lo puede pagar yendo a un café internet un rato, pero en muchas de las familias de nuestro país, no es algo de todo los día acceder a internet o a computador, inclusive no siempre se tiene celular.

Esto lo viven muchos estudiantes de la Universidad del Tolima, para quienes estudiar en condiciones normales ya es reto muy grande, como es el caso de la mayoría de los estudiantes del Técnologo en recuperación de ecosistemas forestales del Instituto De Educaión A Distancia de la Universidad del Tolima IDEAD. Una de las estudiantes Liz Day Henández comparte las razones por las cuales no esta de acuerdo con las clases virtuales escuchen la ustedes ya que el IDEAD no lo hace.
Ella y sus compañeros, Luego de pasar la odisea de una clase virtual este 21 de marzo, enviaron a su director de programa una carta solicitando el aplazamiento del semestre, carta que no tuvo respuesta sino hasta el día viernes 27 de marzo, después de enviar una segunda carta apoyada por 13 de 14 estudiantes e indicando que no se conectarían a las clases la mayoría por falta de herramientas como internet, y otros por solidaridad con sus compañeros, a lo que su director de programa responde citándolos a una reunión virtual.

El viernes 27 de marzo en la mañana, Isabel Trujillo monitora del programa llama a su director de programa Jose Hember Ramirez " Él me dijo que lo importante era buscar soluciones que viéramos las clases por whatsap, a mi me seguía pareciendo injusto ya que por ejemplo el compañero Jholver Cruz, ni siquiera le coje señal de celular, mucho menos de datos". Indico ella.
Sin embargo, el profesor Jose Hember le aclaro a Isabel que el examen final si seria presencial como estaba programado y se haría cuando la emergencia pasara " Me dijo que si no nos conectabamos el problema seria de nosotros, no me aclaro mucho pero me dijo que quedaría el registro de que el docente se conectaba y nosotros no. Por eso accedí a las clases por whatsapp." aclara Isabel.

Los compañeros no son los únicos que están sufriendo este flagelo, pero gracias a que son más los estudiantes del IDEAD que tiene acceso a internet que los que no, la Universidad del Tolima se la juega por la ley de las mayorías, dejando a tras e visibilizando casos como estos. El Ministerio de Educación Nacional no se porta mejor, ya que en su comunicado del 25 de marzo, indica a las instituciones de educación que traten de seguir sus procesos pero "garantizando en todo caso las condiciones de calidad para la oferta de los programas aprobados por la Secretaria de Educación." Directiva 6 MEN.
Pero en un país tan desigual como el nuestro, donde la accesibilidad es un privilegio, no es posible hacer que la educación virtual tenga los mínimos de calidad para todos y el correcto proceder de la Universidad del Tolima debiera ser reconocerlo y suspender el semestre hasta que la calamidad pública por Covid 19 pase, entendiendo que no es justo que desde la comunidad de un salario fijo y accesibilidad completa como la tiene, el director del IDEAD Carlos Gamboa, o el rector de una universidad como Omar Mejía, le exijan a jóvenes del campo recibir clases por whatsap.
Simplemente no esta bien, que les exijamos bajar al pueblo a hacer una recarga o recibir guías , sabiendo que hay un virus suelto y que se pueden enfermar gravemente. Hemos vivido por mucho tiempo en un mundo egoísta que siempre ha tenido desigualdad y pobreza, hemos vivido en un país en el cual la violencia es el pan de cada día y ni una crisis como esta, permite a quienes tienen poder en pequeña o gran escala ser un poco menos egoísta, vivimos en la desigualdad más infame y al virus no le importó llegar a dañarnos peor, pero bueno es un organismo que necesita parasitar para vivir, no le podemos pedir humanidad o consideración, solo nos queda esperarla de los humanos.
Sin embargo, algunos se niegan a mostrar tan importantes valores en esta crisis que sacude al mundo entero, algunos pretenden continuar como si nada para no verse perjudicados a costa de otros menos favorecidos. Para terminar esta reflexión sólo me queda un cuestionamiento ¿Si no es la calidad educativa, ni la formación misma la que impulsa a las directivas de la Universidad del Tolima a continuar con el semestre de los estudiantes de distancia y a empeñarse en iniciar lo más pronto posible el de presencial, qué es?