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La voz del río Grande de la Magdalena


Liliana Esther Miranda
Labores de la pesca

Honda -Tolima, municipio ubicado al norte del departamento, conocido como “la Ciudad de los Puentes”, hace parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia, cuenta con 26 mil habitantes, dada su ubicación sobre el margen del río Magdalena una de sus principales fuente de empleo en esta zona es la pesca artesanal, práctica que se ha visto afectada por la gran disminución de peces que se encuentran en época de subienda.


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Saberes

Tejer sus redes, escuchar el golpe que emiten las olas contra las rocas a la orilla del río y el inclemente sol, que desde tempranas horas del día cae sobre el municipio y por el cual es conocido, así transcurren los días de muchos pescadores, que desde temprana edad se han dedicado a esta labor, que ha llevado a Honda a ser reconocido por su tradición pesquera y las subiendas que se presentan en distintas fechas del año.


Hace 40 años la cantidad de peces que se trasladaban en el río en época de subienda, era tanto que los pescadores, hombres, mujeres y niños utilizaban canastos hechos de mimbre para capturarlos, en la actualidad la pesca con canastos ya no se utiliza, ya que, al llegar pocos peces a las orillas, las únicas maneras de poder pescarlos es con atarraya y cóngolo.

Liliana Esther Miranda
Bocachicos y nicuros, peces nativos del rio Magdalena

Problemáticas

Para Tiberio Murcia Godoy, historiador y docente hondano “Fue la pesca el principal motor de la economía, del comercio y de la cultura de Honda”. Según él las problemáticas que viven los pescadores de esta población del departamento del Tolima, no solo los afecta a ellos, sino a toda población que vive del río Magdalena, y que al no ver una autoridad que regule la superpoblación a la orilla de la ribera, esto hace que los peces sean capturados en sitios específicos y que sean muy poco los que puedan llegar a Honda y a su lugar de destino.


Problemática que también se presenta por las distintas prácticas de pesca no autorizadas, como lo son los chinchorros y mallas que colocan de lado a lado en el río y que impide el normal recorrido de los peces, prácticas rechazadas por la población, ya que, en estos artefactos no solo quedan atrapados peces, sino diferentes especies que viven y se desplazan por este afluente. Según el profesor Tiberio la subienda en cantidad aún alcanza a llegar a ciertos puertos pesqueros, como lo son Barrancabermeja, Puerto Triunfo, Puerto Boyacá, La Dorada, entre otros, pero a “la Ciudad de los Puentes”, llega muy poco.


El tamaño de los peces también se vio afectado, ya que solo alcanzan a llegar los peces pequeños, llamados por los pescadores “puntillas”. Una gran población de pescadores que viven a la orilla del río Magdalena en Honda, vivían sólo de la pesca y su economía se ha visto afectada, lo cual ha hecho que tengan que desplazarse a diferentes regiones para trabajar en el campo y en labores como la construcción y la informalidad.


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Dato curioso

El Río Magdalena nace en el Páramo de las Papas, a 3.685 metros de altura, en el departamento del Huila, y desemboca en bocas de ceniza, en el departamento de Atlántico y se encuentra con el Mar Caribe.


Liliana Esther Miranda
Honda Tolima

“Fue la pesca el principal motor de la economía, del comercio, y de la cultura de la hoy ciudad de Honda”, Tiberio Murcia.



De pescador a artesano


Gregorio Martínez, pescador y artesano oriundo de Honda, nos recibe en su casa, que queda a pocos metros del río Magdalena, comenta que, aunque ya no pesca, porque para ejercer esta labor, se necesita tener fuerza tanto en los brazos como en las piernas para lanzar la atarraya y sostener el cóngolo, dadas sus complicaciones de salud ya no lo puede hacer, en la actualidad se dedica a la artesanía con resultado de los saberes que le dejó el río y la pesca.


“Hace 40 o 50 años, esperábamos los tiempos de noviembre a diciembre, y nos embarcamos, ya sabíamos por dónde venía el pescado, El banco, Magdalena, Barrancabermeja, nos embarcamos en canoas a encontrar las puntas de pescado de ese entonces”. Comenta Gregorio.


Con el pasar de los años pasó de pescar a la orilla del río, a encontrarse en su casa, transformar el tejido y la forma de la atarraya, hasta convertirla en una mochila, cada pieza es hecha con hilo terlenka y agujas, los cuales también se utilizan en la elaboración de los instrumentos de pesca.


Madera, guadua y piedra, son algunos de los materiales que también utiliza en la elaboración de artesanías, todos aprendidos en los diferentes lugares a donde lo llevó el cauce del rio, saberes que tiene como intención aprendan los pobladores de Honda para dar a conocer al resto del país.


Liliana Esther Miranda
Pescador en canoa, navegando el rio Magdalena

Amor a la Magdalena

Los tiempos de la subienda antes duraban un promedio de tres meses: enero, febrero y parte de marzo, donde las familias se reunían en torno al río, mientras los hombres pescaban, las mujeres se encargaban de arreglar los peces y enyuntarlos, y los más pequeños pasaban las horas del día jugando y bañándose a orillas de rio Gran de la Magdalena.

Liliana Esther Miranda
Atardecer desde el malecón turísticos de Honda

Se vivía del río y como dicen sus habitantes, se vivía sabroso. Sin lujos y extravagancia, con lo necesario y con lo que este les aportaba. Los pescadores no ven solo la pesca como un trabajo, si no como un arte, un amor al río, amor que ha sido heredado por muchas generaciones, y que, aunque se ha ido transformando, la cultura ribereña nunca desaparecerá.

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