Los niños de Venadillo aprenden inglés jugando
Por: Yeraldine Carvajal

Entre suspiros y sonrisas que evocan recuerdos de su infancia, Felipe Urueña, Licenciado en inglés, un joven de 28 años de edad que se define como un apasionado por la comunidad, comparte su experiencia sobre una de las labores que viene desarrollando desde hace dos años y que “más le llena el corazón”, enseñar inglés, compartir y transmitir sus conocimientos a niños de Venadillo.
A los 16 años de edad, Felipe fue testigo junto con sus padres y hermanos del calvario que se vive cuando se es víctima de la violencia en Colombia. Tuvieron que salir corriendo de los Llanos Orientales, su tierra natal, el lugar a donde siempre habían pertenecido, el mismo lugar en el que tuvieron que dejarlo todo si querían seguir viviendo.
Un venadilluno más
Con gratitud recuerda al pueblo que los acogió a él y a su familia luego del desplazamiento forzado, por lo que muestra sentirse en deuda con ésta comunidad que le ha visto crecer junto a sus hermanos, la misma que le permitió culminar sus estudios. Según Felipe, más de 10 años son suficientes para sentirse como un Venadilluno más.
Se acomoda, con un intenso suspiro y alzando la voz, afirma que Venadillo antiguamente fue afectado por la violencia lo que le motiva a transformar y contribuir al pueblo que lo protegió, a través de clases de inglés gratuitas, junto a Mayra Alejandra Cruz, estudiante de la Universidad Minuto de Dios, hacen parte del proceso de enseñanza de 150 niños, quienes esperan con ansias cada sábado para poder seguir aprendiendo de forma muy divertida.
¿Por qué enseñar inglés?
Los días sábados para Felipe y sus estudiantes son sagrados, no les inquieta si la clase será en el parque, debajo de un árbol o en la cancha de fútbol, sin importar en qué espacio se lleve a cabo la clase los niños llegan entusiasmados.
Con algo de desilusión expresa que no tienen un espacio asignado, “no todo el mundo está interesado en este tipo de procesos. No les interesa esto desde que no se produzca plata o haya un interés de por medio y a eso la gente no le apuesta”. Sin embargo, Felipe no tiene ningún problema con brindar las clases en espacios al aire libre si es necesario.
Confía en que es posible generar cambio y contribuir a la sociedad desde la base, “a los chicos hay que cambiarles ese chip del concepto de educación y hacerlos que se apropien, que la defiendan y que exijan una educación de calidad, eso es lo que yo quiero, lograr un pensamiento crítico en los ellos.”
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Aprender jugando
Los juegos tradicionales son fundamentales, hacen parte de la estrategia en el proceso de enseñanza, sí, los mismos juegos con los que muy seguramente la mayoría nos divertimos durante la infancia. Carreras de encostalados, ahorcado, yermis en inglés, escondite para aprender los números, ajedrez, y fútbol; además de una serie de actividades que hacen agradables los espacios de enseñanza.
“Creo que por eso es que los chicos están desde que se inició el proyecto, ha sido muy poca la deserción de este grupo, actualmente estamos enseñando a 150 niños, tenemos 3 grupos de 50 estudiantes entre la profe Mayra Alejandra y yo.”

En la experiencia del profesor Andrés, la lúdica como estrategia didáctica, ha sido clave para la enseñanza del inglés, dicha estrategia, permite creatividad e interés, hace que sea más fácil el aprendizaje para los niños.
“Vygotsky habla de la zona de desarrollo próximo y dice que el tutor debe de ser un acompañante para el estudiante en el proceso de aprendizaje y ser un guía cuando el estudiante se estrelle y aprenda de los problemas. Yo dejo que los estudiante con el inglés busquen estrategias de cómo pueden aprender, que investiguen, dejarlo como al descubierto, cuando yo veo las falencias, los guío y me doy cuenta ahí que la mejor forma de enseñarles inglés es a través de la lúdica.”
Combatiendo problemáticas sociales
No tiene ningún apoyo económico, su único interés es eliminar esa brecha que existe entre el conocimiento de una lengua extranjera y los niños de pocos recursos, pero sobre todo “arrebatarle los chicos a la drogadicción, la prostitución, a las problemáticas sociales que agobian nuestro país, principalmente ahora en Venadillo que es donde me muevo, por donde trabajo y pues se notan y se ven muchísimas problemáticas, lo que yo quiero es eso, apoyar este proyecto educativo”
Cuando le pregunté por qué es importante enseñar inglés apartando de vista su pasión por el idioma, lo catalogó como un obstáculo para muchas personas y más para las personas vulnerables y aseguró que se debe a que “no tienen la formación necesaria en las instituciones educativas la enseñanza de un idioma extranjero es precaria”, mientras que para el tipo de persona de estrato alto es una oportunidad y ven fácil pagar para aprender.
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Aunque el éxito de éste proyecto sea la metodología empleada, el profesor resalta con gusto y agradecimiento a las madres y padres de familia que aportan a la vida y preservación de ésta interesante labor. Son personas que piensan en el futuro de sus hijos, que confían en estos espacios y se programan cada sábado para disponer de tiempo y acompañar a sus hijos a cada sesión de clase, alejándolos de cualquier contexto vulnerable. “Se enfocan en que estos chicos puedan salir adelante” dice Felipe con emoción e ilusión al pensar que vale la pena y que los familiares son un motivo más para continuar transformando no solo el pueblo sino el país.
Felipe es un defensor de la educación, cree que es una oportunidad valiosa para generar cambio social desde las nuevas generaciones.
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