Recorrido sensorial por el Panóptico
“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas” (John F. Kennedy)

Empatía, inclusión e igualdad, tres términos comunes hoy en día, con connotaciones positivas, aunque frecuentemente adaptadas a la comodidad y circunstancias de una mayoría, dejando de lado la sensibilización ante otras realidades.
Si bien es cierto que es sencillo comprender e identificarse con los problemas o necesidades que nos afectan a nosotros directamente ¿hasta qué punto es fácil ampliar la mirada para comprender el contexto de los demás y el mundo que habitan?
Población en situación de discapacidad en Ibagué
Recorrer las calles de la ciudad musical puede ser para muchos una experiencia llamativa, el encontrarse con el característico y desorganizado comercio informal del centro de la ciudad, el abrupto contraste musical entre una esquina y otra, pasando de un vigoroso grupo vallenato con la guacharaca y el acordeón para unos pasos más adelante escuchar el resonar de un “Ay ay ay” profundo de algún cantante popular o la cantidad de carros estacionados en los andenes que se supone deberían ser de uso exclusivo para los peatones. Sin embargo, no se puede ignorar el hecho de que, para una persona en situación de discapacidad, la ciudad deja de ser llamativa para convertirse en una pista de obstáculos.
La población discapacitada es persistentemente invisibilizada y lo cierto es que viven en un contexto social complejo debido a diversos factores como la carencia de herramientas de apoyo como: rampas, semáforos con voz, señalética en braille, etc. o el desconocimiento por parte de la sociedad sobre las medidas y formas de inclusión.
Ibagué, una ciudad con 543.949 habitantes según el Observatorio Regional de Mercado de Trabajo de los cuales aproximadamente 5000 se encuentren en situación de discapacidad según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, debería tener una intervención más activa en lo que respecta a la creación de nuevas estrategias para garantizar una calidad de vida digna de cada ciudadano, incluidas las personas en situación de discapacidad y consecuentemente dar paso a nuevas formas de participación significativa y disfrute de los espacios públicos para todos.
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Entándem

Kelly Camacho, Directora de la Fundación Entándem, ONG cuyo objetivo principal es promover el desarrollo de energías limpias a través del uso de la bicicleta, desde el 2015 ha llevado a cabo de la mano del arquitecto Andrés Francel, bicipaseos patrimoniales enfocados en promover la identidad cultural de la población de Ibagué a través de la visibilización y entendimiento de los elementos patrimoniales en los que ha sido posible recorrer diferentes lugares de interés histórico en la ciudad.
¿Pero cómo este tipo estrategias convocan la participación de personas en situación de discapacidad? para Kelly Camacho, el surgimiento del proyecto “Hacia una cultura inclusiva", con el apoyo del Ministerio de Cultura convocó en una primera oportunidad a niños y jóvenes entre los 12 y 17 años en situación de discapacidad visual y auditiva pertenecientes a los colegios Normal Nacional y Niño Jesús de Praga, con el propósito de que cada uno de ellos tuvieran un acercamiento distintos al Museo Panóptico, uno de los escenarios culturales más importantes de la región.

El recorrido por el Panóptico

Los pasillos de este majestuoso lugar evocan historias y recuerdos que trascienden y ahora se suma la de unos jóvenes que, con ilusión, pudieron conocer a través de sus sentidos la arquitectura y significación de este espacio antes inaccesible.

A partir de un proceso consciente y voluntario, Andrés Francel, Carlos Kaffure y Kelly Camacho, gestores de la iniciativa participaron de diferentes espacios de capacitación y sensibilización impartidos por el profesor Robinson Ruiz con el fin de llegar preparados a ofrecer un espacio inclusivo, dispuesto para una comunicación acertada y respetuosa con los jóvenes estudiantes en situación de discapacidad “Aprendimos un lenguaje básico de señas para poder comunicarnos con los niños sordos” afirma Camacho con un semblante y tono de voz orgulloso por el esfuerzo realizado y los buenos resultados obtenidos, al tiempo que menciona la importancia del tacto que debe tener cuando se ejerce la comunicación, pues, durante el recorrido notó que el uso de algunas expresiones como: “Hacia allá se encuentra”, “Como pueden ver”, “A su derecha pueden observar”, entre otras, son de uso frecuente y por ende hay que “replantear la narrativa” al tener conciencia de las personas con quienes se tiene contacto.

Los modelos tridimensionales del Museo Panóptico realizados por estudiantes de arquitectura de la Universidad del Tolima y bajo la tutoría del profesor Francel, quien además estuvo encargado de guiar el recorrido y planificar un discurso coherente para los estudiantes asistentes en situación de discapacidad, facilitaron el recorrido de los jóvenes, convirtiendo la visita en una experiencia sensitiva.
“Como yo dirijo el laboratorio de realidad virtual y prototipado tridimensional me encargué de generar unos prototipos para la población ciega y sorda… Estos prototipos finalizados les permitieron comprender el espacio de un modo más sencillo y tener un recordatorio, también hubo algunos recursos perceptuales. Yo diseñé unas actividades en las cuales los estudiantes podían tocar con los pies o las manos el pasto, las rocas, los árboles y así ir descubriendo nuevamente los edificios a través de una relación física” destaca el profesor Andrés Francel.
Un ejemplo de compromiso e inclusión para la comunidad

Con un objetivo conjunto y el compromiso por parte de cada colaborador del proyecto de sugerir una alternativa incluyente y empática para la comunidad ibaguereña, se logró involucrar alrededor de 80 estudiantes quienes por primera vez pudieron conocer el Museo Panóptico, recorriendo las antiguas celdas ahora llenas de cultura tolimense, comprobando así que basta un poco de compromiso voluntad y determinación para hacer de la ciudad un lugar para cada individuo.
“Quedó sembrada una semilla para que la Secretaría de Educación u otras instancias permitan que los jóvenes tengan acceso a este tipo de eventos cuando están en situación de discapacidad sea cual sea” comparte Kelly Camacho, quien de la mano con los organizadores que acompañaron el evento, recalcan que las limitaciones las tiene la ciudad y que es deber de los ibaguereños repensar los espacios para que las personas en situación de discapacidad tengan el acceso y la posibilidad de un disfrute activo de estos.
El anhelo de este grupo de profesionales que lideró la iniciativa, es volverla a realizar en el Conservatorio del Tolima.
¿Qué consejo le darías a la comunidad ibaguereña para alcanzar una mayor inclusión?

“Que empiece a hacer parte de nuestra cotidianidad la inclusión… debemos ser propulsores de esta, pensar en todas los tipos de personas y las habilidades diversas para que podamos disfrutar efectivamente el mundo en el que estamos y ser cada vez más sensatos” Profesor Andrés Francel

“Todos deberíamos aprender a comunicarnos en lenguaje de señas, esa debería ser la segunda lengua y no el inglés, además de cuestionarse siempre si lo que se está haciendo es para todo el mundo” Kelly Camacho

“Seamos más sensibles y empáticos con las personas en situación de discapacidad para que ellos sientan que están en una ciudad que es inclusiva. Hacerles más fácil lo que ya es difícil, en la medida en la que conozcamos lengua de señas colombiana, braille y un lenguaje inclusivo que tiene que ver con la aceptación y el respeto por el otro” Profesor Robinson Ruiz